Tal vez una de las tareas más difíciles para cualquier persona es convencer a un colombiano de que algo bueno está pasando con el país. La idea generalizada es que Colombia ha sido, es y seguirá siendo un Estado inviable que no ha sido capaz de mejorar las condiciones de vida de su población a lo largo de la historia.Sin embargo, un estudio dirigido por el codirector del Banco de la República, Adolfo Meisel, da evidencia de que durante el último siglo ha pasado todo lo contrario de lo que la mayoría de colombianos piensa: “Desde comienzos del siglo pasado, el país ha mejorado mucho y ha sido de las naciones que más ha mejorado en Latinoamérica, especialmente en temas de educación, salud, e indicadores claves como mortalidad infantil, esperanza de vida y estatura de sus habitantes”, comenta Meisel, quien dirigió el trabajo Más de cien años de avances en el nivel de vida: el caso de Colombia, en el que participaron las investigadoras María Teresa Ramírez y Juliana Jaramillo, también vinculadas al Emisor.El trabajo construyó una serie histórica del Índice de Desarrollo Humano para Colombia de los siglos XIX y XX, lo que permite verificar cómo le ha ido al país en este frente. Según Meisel, el estudio se justifica porque el enfoque tradicional de las investigaciones en historia económica está asociado al comportamiento sectorial y productivo.“Hay muy pocos enfoques en nivel de vida. Dicto un curso de Historia Económica en la Universidad de los Andes y allí aplico este enfoque. Uno de los ejercicios con los estudiantes es que escriban la biografía de sus abuelos, de sus padres y de ellos, para que quede en evidencia el progreso intergeneracional”, comentó el codirector.Las conclusionesEl estudio, en términos generales, concluye que el país ha tenido enormes avances en el Índice de Desarrollo Humano, que mide la situación de un país por la longevidad que ha alcanzado su población, el acceso a la educación y los factores que afectan el nivel de vida digno como acceso a servicios públicos, entre otros factores.

Según Meisel, “las tres principales conclusiones del estudio son: que las mujeres han tenido una mejoría superior a la de los hombres en el último siglo, que en la tarea de mejorar la salud de los colombianos, la construcción de acueductos y alcantarillados ha sido clave y, tercero, que a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX la gente se moría de diarrea, enfermedades contagiosas como neumonía y tuberculosis y ahora las personas se están muriendo de enfermedades crónicas como las asociadas al sistema cardiovascular y el cáncer”.Lea también: Cuáles son las ciudades con mejor calidad de vidaSegún María Teresa Ramírez, coautora del estudio, esta transición epidemiológica también es evidencia de uno de los logros que ha tenido el país en el último siglo: la mayor longevidad de su población. Ramírez explicó que, mientras la expectativa de vida, tanto para hombres como para mujeres, apenas llegaba a los 39,5 años a comienzos del siglo pasado, ya en el siglo XX, la expectativa de vida promedio había llegado a 73 años; sin embargo, al mirar por géneros, queda en evidencia que las mujeres tenían una expectativa de vida de 35 años y aumentó hasta 76 años en ese siglo, mientras que la de los hombres pasó de 32,5 a 69 en el mismo período.Mujeres, adelanteEsto deriva en una de las conclusiones más interesantes del estudio: las mujeres se han visto más favorecidas que los hombres por esta tendencia de desarrollo. Según Ramírez, mientras que hace un siglo era casi imposible que hubiera un caso de una mujer estudiando una carrera universitaria, en la actualidad son más las mujeres que están en la educación superior, que los hombres.“Eso se explica por una transición demográfica que le permitió a la mujer tener menos hijos, acceder a más educación y poder participar del mercado laboral en mayor medida”, comentó.En general, las mujeres tuvieron un aumento mayor en la esperanza de vida frente a los hombres y se han visto igualmente más favorecidas por los menores niveles de mortalidad perinatal. Esto se explica porque ha habido un cambio cultural profundo acerca del papel de la mujer y la maternidad: hacia 1905, las mujeres tenían en promedio 6,4 hijos y a fines del siglo el indicador se había reducido a 2,5 hijos; según Ramírez, es probable que actualmente este indicador haya caído más, pues los niveles de natalidad se vienen reduciendo en Colombia de manera importante.Acueductos y PIB per cápitaDos aspectos son claves en el análisis que hacen los autores. En primera instancia, es evidente que la mejoría en materia de salud, reducción de la mortalidad y aumento en la expectativa de vida, tiene que ver con la construcción de acueductos y alcantarillados, que permiten el tratamiento de aguas servidas y el control de enfermedades y epidemias.De otra parte, también es claro que en una buena parte del comienzo del Siglo XX el mayor bienestar logrado se debió a aumentos en el PIB per cápita, explicados por la aparición y consolidación de la industria cafetera colombiana, que se vio favorecida por las bonanzas de precios durante varios periodos del siglo pasado.Puede interesarle: Calidad de vida bogotana mejora pero sigue anclada por movilidad y seguridadSin embargo, Meisel destaca que, a partir de la segunda mitad del siglo, la inversión pública tuvo un papel clave en el proceso de mejorar las condiciones de vida de la gente, porque hubo muchos recursos para construcción de acueductos y alcantarillados, vías y otros servicios públicos.“Que el estudio ponga en evidencia los importantes avances del país no quiere decir que no haya nada más por hacer. Sin embargo, es claro que se ha logrado mucho. El país no está estancado ni echando para atrás. Hay que seguir invirtiendo en acueductos, eso es estratégico y reducir la brecha de cobertura entre lo urbano y lo rural”, comenta Meisel.Este estudio pone en evidencia no solo algo que es difícil de creer para un colombiano promedio (que el país va bien), sino que muestra cuáles políticas han resultado efectivas en ese proceso. Se trata de un ejercicio académico que se debe replicar en muchos frentes.