Un paro amargo

El paro de corteros de caña en el Valle es un caso de un conflicto empresarial que se dirimirá como una convención laboral. "El Polo no es el promotor".

25 de septiembre de 2008

Esta mañana están reunidos representantes de los corteros, del Ministerio de Protección y congresistas del Valle, para tratar de zanjar un problema empresarial que suspendió la operación de ocho ingenios azucareros desde hace diez días. Anoche se habían reunido en la ciudad de Palmira, Valle, los corteros con el ministro de Protección y con la mediación del obispo de Palmira.

Unas cooperativas de corteros que agrupan 8.000 personas, tienen bloqueados los accesos a los ingenios, de modo que no pueden entrar las personas de administración ni de mantenimiento, ni se puede sacar al alcohol ni la producción de azúcar almacenada allí.

Los corteros piden que los empresarios consideren un pliego de peticiones de 20 puntos, que se centra en la idea de que los contraten directamente, sin que medien las cooperativas de trabajo que los agrupan actualmente, y que se les mejore el precio por tonelada cortada.

Los ingenios por su parte, recuerdan que las cooperativas se crearon para que el margen de intermediación que se ganaban los contratistas de corte, se pudiera distribuir entre los miembros de las cerca de 112 cooperativas que operan en el sector.

Los corteros por su parte, se quejan de que los ingenios les han impuesto condiciones financieras que hacen imposible prosperar. “Hace diez años arrancó en un nivel aceptable”, reconoce Silvio Cadena, presidente de la cooperativa La Nueva Sociedad, que agrupa 27 corteros. Sin embargo, con el tiempo se han deteriorado. Dice que hoy las cooperativas reciben un precio por tonelada de caña recogida que es la mitad del que reciben los corteros que trabajan directamente con las azucareras.

Algunas cooperativas quieren resolver ese problema, convirtiéndolo en un asunto muy parecido a los diferendos laborales. No todos piensan igual. “No estamos de acuerdo con la contratación directa”, dice Tomás Ahumada, gerente de la cooperativa Porvenir unido. “Desaparece la cooperativa. La autonomía, la libertad que tenemos, se pierde”, dice. A pesar de eso, su cooperativa está en paro, pero admite que no ha recibido presiones para que lo haga.

Como es de esperar, los empleados no apoyan el bloqueo. Por ello, el miércoles, más de 10.000 empleados directos e indirectos de los ingenios azucareros, marcharon en Cali contra el bloqueo. Según cifras de Manuelita, el sector genera 36.000 empleos directos.

“Las peticiones pueden ser legítimas, pero lo que no existe es el derecho a que bloqueen el acceso al trabajo”, le dijo a Dinero.com uno de los asistentes a la marcha.


Laboralización del conflicto
El paro entonces no se mueve como una solicitud de proveedor a cliente, sino como de trabajador a patrono.

La lista de temas del pliego incluye además de la contratación directa y un mejor pago por tonelada, temas como que se les asegure una remuneración básica. En ocasiones, explica Silvio Cadena, gerente de la cooperativa de corteros La Nueva Sociedad, los contratan para trabajar una o dos horas diarias o en lotes donde hay muy poca caña y por su forma de contrato, no alcanzan a recoger lo necesario para tener el salario mínimo. “Trabajamos en predios de la empresa. No puede ser que la cooperativa sea la perdedora del 100%”, señaló.

Piden que se les mejore el trato. “Que se nos de trato de personas, no de dictadura. La verdad es que seguimos siendo los esclavos”, añade. Que los ingenios les den un subsidio de vivienda de $10 millones, que ayuden para que sus hijos puedan ir a la escuela. Se quejan que con lo que ganan, en ocasiones no es suficiente para mandar a los hijos a estudiar.

Piden que les reconozcan vacaciones y que se limite el horario de trabajo. “A veces trabajamos 16 horas”. Cuando se le pregunta si esos beneficios no son responsabilidad de las cooperativas que ellos mismos gestionan, Cadena regresa al punto básico: “que las empresas paguen lo que tienen que pagar porque no suficiente”.

También solicitan que los ingenios le informen a cada cortero el peso de lo que cosecha individualmente y no, como ocurre en algunos de ellos, que se saque el peso total de lo recogido en un lote y se divida por el número de corteros.

Así mismo, señala que el pliego de peticiones de 20 puntos es “para negociar”. Afirma que no espera que se les den todos los puntos, pero que se consigan algunos.

No aceptarán
“Quieren conseguir que todos los ingenios negocien un solo pliego de condiciones”, explica uno de los abogados laboralistas que conoce el asunto. “No aceptarán esa propuesta”, asegura. “Cada uno tiene sistemas de trabajo diferentes y quiere negociar por separado. Manuelita, por ejemplo, informa la recolección de cada trabajador individual”.

Los ingenios insisten en establecer un diálogo directo, sin intermediarios, con las cooperativas que están en paro.

Hay algunas razones para eso. En el paro de 2005, los negociadores consiguieron que los ingenios compraran la ropa de dotación para los corteros y que no lo hicieran las cooperativas. Meses después los corteros opinaban que la negociación la había conducido gente que desconocía el negocio. “Hubieran preferido manejar la plata de la dotación para confeccionarla con sus esposas”, explica.

También quieren que se levante el bloqueo al menos un día, para que los mecánicos les den mantenimiento a las máquinas.

De todas maneras, independiente de lo que pase con la negociación, cuando se habla de atropellos y maltrato, la situación habla bastante mal de los encargados de manejar las relaciones con los proveedores en los ingenios y los encargados de los programas de responsabilidad social corporativa.

La fuerzas oscuras
Al inicio del paro, un grupo de encapuchados llegó al ingenio Pichichí en Guacarí, Valle, y amenazaron a los miembros del sindicato con quemar su sede, si no apoyaban el paro. Por eso, se comenzó a hablar de ‘fuerzas oscuras’ detrás de este movimiento.

Ahora, tras una agresión de la fuerza pública a un grupo de manifestantes en el Ingenio Tumaco, en la que resultaron heridas cinco personas, los corteros también hablan de fuerzas oscuras tras los métodos para desactivar el paro.

Para algunos de los ingenios, el problema se ha politizado. “Les ha servido a la CUT y al Polo Democrático para tratar de pescar en río revuelto”. De hecho, señalan, hay grabaciones en las que el senador Alexander López, del Polo, promueve el paro.

Sin embargo, los corteros aclaran la participación de López. “Nos preocupa que se diga que Alexander López está agitando. Eso es mentira. Sí es verdad que el Polo está metido con nosotros, porque somos un grupo de trabajadores que no nos oye el gobierno municipal, no nos oye el gobernador. Cuando eso ocurre, somos nosotros los que buscamos al Polo para que nos ayudara a divulgar la problemática”, explica Silvio Cárdenas.