Cuando las empresas tienen al frente de su dirección ejecutivos de talla mundial, son ellos quienes logran inspirar a su equipo para enfrentar la tormenta y fortalecerse a la espera de tiempos mejores.

Colaboración

Tener los mejores ejecutivos en su compañía

Eleonora Cajiao, Client Partner Korn Ferry International Colombia, escribe para Dinero.com sobre ¿cuánto se puede pagar si las cifras están afectadas por el entorno económico?

31 de agosto de 2009

En reciente entrevista realizada a Jim Collins en la revista Fortune, el autor y conferencista de gestión, reconocido por su libro “Empresas que perduran” decía que en estas épocas difíciles, los accionistas no podían darse el lujo de no tener los mejores ejecutivos al frente de sus organizaciones. Sin embargo, aunque esta es una verdad de a puño, resulta en una paradoja, pues la mayoría de las compañías en estos momentos se encuentran replanteando su estructura de costos, reduciendo gastos de operación y recortando sus presupuestos, siendo la primera impresión que los altos ejecutivos ganan mucho dinero y que puede ser más fácil recortar gastos en el alto nivel de las compañías que en otras áreas de la organización.

La discusión de la remuneración de los altos ejecutivos es distinta en todos los países, no solo por el tamaño de sus economías sino por el de sus empresas. Con el colapso de compañías emblemáticas en los Estados Unidos, los paquetes de compensación y bonos por resultados de sus altos directivos fueron objeto de una profunda revisión y en el tema ha llegado a intervenir hasta el Presidente Obama.

En Colombia el debate es distinto, pero sin duda se presenta una diferencia muy marcada entre los altos directivos y la base de las organizaciones. Son varias las organizaciones que hoy se preguntan si la reducción de gastos para enfrentar la crisis debe empezar por tener un equipo de alta dirección reducido o por reemplazar a sus gerentes senior por ejecutivos que aspiren una menor remuneración, lo que nos lleva a la respuesta de Collins y no es otra que la necesidad de revisar si tenemos a los ejecutivos correctos en los cargos correctos. Pero ¿Cuánto se puede pagar si las cifras están afectadas por el entorno económico?

Esta pregunta necesariamente nos hace pensar en el impacto de la alta gerencia en el resultado de los negocios, tema muy espinoso por la enorme diferencia de remuneración entre los distintos cargos de la organización. Se podrían plantear muchos debates pero es evidente que las crisis son el escenario para que una dirección con gran talento y experiencia pueda tomar decisiones que permitan a las empresas salir fortalecidas de ciclos negativos como el que estamos viviendo.

Cuando las empresas tienen al frente de su dirección ejecutivos de talla mundial, son ellos quienes logran inspirar a su equipo para enfrentar la tormenta y fortalecerse a la espera de tiempos mejores. Son ellos quienes tienen la visión para no tomar decisiones de corto plazo y por el contrario generar ideas y negocios para el desarrollo de sus organizaciones. Este tipo de líderes elige bien a sus colaboradores, genera una misma filosofía de trabajo que se transmite hasta los cargos operativos con un impacto muy positivo en los resultados. En sentido contrario, cuando una empresa prefiere reducir sus gastos cambiando el perfil de la alta dirección por ser muy costosa, corre enormes riesgos de enfrentar la tormenta con la tripulación equivocada.

Un alto ejecutivo talentoso y con experiencia puede en una sola decisión generar ingresos que hacen la diferencia en el rumbo y desarrollo de la compañía, bien sea porque genera ventas en la misma línea de negocios o porque genera nuevos negocios que impulsan ingresos adicionales e imprimen una dinámica diferente y de crecimiento que potencializa la operación. Esto mientras otros están más preocupados por la reducción de gastos en esos niveles. Jim Collins en el artículo que citamos, dice que el mejor ejecutivo es aquel que no necesita ser “gerenciado” y permite a las organizaciones ocuparse de los temas de fondo. Este tipo de ejecutivos, en lugar de buscar los ahorros despidiendo gente, son los que buscan ahorros con mejores procesos, menos desperdicios y más productividad, temas en los que también con una decisión, el impacto en el resultado puede ser de lejos más positivo que la obsesión por recortar la nómina.

Puede no ser políticamente correcto asegurarlo de esta forma, pero el talento en cualquier parte del mundo cuesta y es difícil de conseguir. Identificarlo es la tarea más urgente de los empresarios, ya sea que lo tengan al interior de sus empresas o lo tengan sus colegas o hasta sus competidores. Ni siquiera en los tiempos de crisis se puede esperar tener ahorros importantes en la compensación de la alta dirección, pues además, esos talentos de no sentirse bien recompensados en la gran empresa, prefieren asumir el riesgo de su propio emprendimiento, sobre todo en épocas recesivas que están llenas de oportunidades.