Fabio Villegas, Presidente de Avianca.

Cómo maneja Avianca el AH1N1

La actitud de Avianca es un ejemplo de diligencia y orden en los procedimientos para controlar la epidemia y proteger a sus empleados.

9 de mayo de 2009

La actitud de Avianca es un ejemplo de diligencia y orden en los procedimientos.

Todas las aerolíneas tienen un protocolo establecido para hacerle frente a epidemias parecidas a la de AH1N1. Dentro de los aviones, la tripulación usa en estos casos mascarillas N95 y guantes y aíslan los casos que aparentan tener la infección.

Avianca reaccionó rápidamente a las condiciones de la pandemia, que en ese momento tenía una apariencia tremendamente agresiva. De hecho fue la primera aerolínea que llegó a Estados Unidos con sus tripulaciones usando mascarillas.

Revisó sus protocolos de atención a los pasajeros y tomó la actitud de aceptar y adoptar rápidamente los requisitos de las autoridades. Así por ejemplo, inmediatamente implantaron los protocolos que exigió Aeorcivil para explicarles a los pasajeros al inicio del vuelo, la razón para que los tripulantes usaran el equipo de aislamiento en la cabina.

La línea aérea respondió incluso mejor que otros eslabones de la cadena de vigilancia de la epidemia. Aerocivil le ordenó que le hiciera llenar una encuesta a los pasajeros. Avianca lo implantó a una velocidad récord, sin reparar en los costos que tuviera. Las encuestas debían ser recogidas y tabuladas por la Secretaría de Salud en cada ciudad. El viernes 8 de mayo, los pasajeros del vuelo procedente de Santiago de Chile salieron todos del aeropuerto con la encuesta llena en la mano. No había nadie para recoger los papeles.

El sindicato exigió que los operarios de las plataformas tuvieran también tapabocas, una medida que desde el punto de vista médico es perfectamente inoficiosa. Sin embargo, a pesar de que comprendían lo innecesario de la acción, la aerolínea cubrió el costo de dotarlos con las mascarillas.

También tuvo que adecuar su operación al galimatías de requisitos sensatos e insensatos que aparecieron en estas semanas. Los aeropuertos de Panamá y Quito, que obligan a los pasajeros a desembarcar usando guantes y mascarilla, o las decisiones del alcalde de Pereira, que son diferentes a las del resto de Colombia.

Pero adicionalmente, de forma voluntaria, conserva en archivo casi desde el inicio de la epidemia, los pasabordos de sus pasajeros con datos de contacto al respaldo. Esto con el fin de que las autoridades puedan seguirle la pista a cualquier caso positivo que resulte entre las personas que transportan.

Finalmente, los médicos encargados del manejo de la situación conocen perfectamente la situación de la epidemia. Asisten a las reuniones de todo tipo para estar completamente informados y tomar sus decisiones. Por eso, frente a las nuevas circunstancias piensan que las medidas extraordinarias se mantengan dos semanas más y luego se retiren.