Carlos Mario Sandoval, gerente senior del área de Capital Humano de Ernst & Young.

Compensación en tiempos de crisis

En momentos de recesión es importante contar con planes que ayuden a las empresas a maximizar sus utilidades, sin sacrificar el bienestar de trabajadores.

4 de diciembre de 2008

Con motivo de la desaceleración presentada durante el 2008, se está presentando una crisis en algunas de las economías más fuertes del mundo, tal y como son Estados Unidos y Japón, lo cual ha venido generando un incremento en las tasas de desempleo y en la caída en la producción de bienes y servicios. Estos factores han venido motivando, entre otros, la crisis económica del año 2008 y que se estima seguirá para el año 2009.

Lo anterior ha puesto a pensar a los líderes y economistas del mundo sobre cuáles deben ser las medidas a seguir para controlar esta emergencia. Después de ver en los últimos días grandes despidos de importantes corporaciones, el manejo de la compensación y la evaluación de las alternativas frente a los empleados es clave.

Dicha situación que afectará de manera directa a las economías de los países industrializados, tendrá repercusiones en países como Colombia, que por contar con estrechos vínculos comerciales con los Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea, deberán crear sólidos programas a nivel empresarial que les permitan proyectar sus negocios y administrarlos de manera efectiva, con el fin de generar mayor productividad y beneficios para los empresarios y también para sus trabajadores.

De acuerdo con lo anterior, frente al riesgo de una crisis económica en Colombia, las empresas como base del desarrollo, deben generar oportunidades que les ayuden a proyectarse no solamente desde una perspectiva económica, sino también a cumplir con su función social, a través de la creación de alternativas laborales que impidan el incremento del desempleo y del trabajo informal, así como la disminución del poder adquisitivo para los empleados.

El reto en cuanto a los empleados
Para Ernst & Young, empresa especializada en aseguramiento, impuestos, transacciones y asesoría, sugiere que para evitar este tipo de inconvenientes: “Las empresas colombianas deben ser claras en el planteamiento de su gestión empresarial ad portas del 2009, con el fin de asegurar que no se suscite un entorno de desconfianza y zozobra que lleve a los empresarios colombianos a tomar medidas extremas, tendientes a ocasionar despidos masivos de personal”.


Para Carlos Mario Sandoval, gerente senior del área de Capital Humano de Ernst & Young, “es fundamental que las empresas y trabajadores sean proactivos en la búsqueda de esquemas de compensación, que más allá de la parte económica, procuren atender necesidades cotidianas de los trabajadores, a través de beneficios no monetarios que generen sentido de pertenencia empresarial, tal y como son los horarios flexibles, el teletrabajo, y alianzas estratégicas con proveedores, entre otros. Todo esto buscando que el trabajador tenga acceso a una mejor calidad de vida, lo cual se traduce también en mayor tiempo para el desarrollo y crecimiento personal”.

Por tal razón las compañías deben tener en claro que para enfrentar los momentos de crisis, adquiere un rol fundamental el tomar acciones tendientes a optimizar el trabajo y rendimiento, antes de acudir a medidas extremas como despidos masivos. Salario emocional, compensación variable, programas de flexibilización laboral y tributaria, entre otros, son temas a analizar en cada empresa, con el fin de evaluar su implementación. De esta manera la compañía puede reducir las cargas laborales, sin afectar el poder adquisitivo de sus trabajadores aumentando de esta manera sus beneficios.

En conclusión, en estos momentos donde se puede avecinar una crisis en Colombia, es fundamental que los empleados sean conscientes de que su colaboración y compromiso es muy importante para apoyar el desarrollo de la organización, razón por la cual es necesario adaptar planes que aseguren el cumplimiento de planes de salud y de educación para la familia y el trabajador, así como contar con garantías en la recepción de aportes pensiónales y de adquisición de vivienda o vehículo que sirvan como estimulo y garantía de que una crisis económica no debe repercutir en la perdida de oportunidades laborales.