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Camilo Santana, investigador en pymes del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)

Competitividad

Con $30 millones se puede iniciar un negocio

Por estos días, tanto emprendedores como pequeños empresarios analizan las diferentes alternativas de inversión que les ofrece el mercado con la idea de consolidar un negocio en la década que inicia.

3 de enero de 2010

Si los emprendedores cuentan con un gran capital, la apuesta debe dirigirse hacia los negocios ‘bio’, es decir, aquellos relacionados con el desarrollo tecnológico en el sector agropecuario. Sin embargo, si el monto disponible para iniciar el negocio es modesto hay otros sectores con buenas posibilidades.


Aunque es claro que el tipo de negocio depende del monto de recursos disponibles, con un capital pequeño (alrededor de 30 millones de pesos) la prioridad del emprendedor debe ser la generación de un adecuado flujo de caja, donde los clientes paguen a corto plazo o de contado. La rentabilidad del negocio se puede ajustar en el largo plazo, pero el flujo de caja ‘mata’ o ‘dispara’ un negocio.


Una vez sean identificados los clientes y se garantice el pago rápido, lo segundo es tratar de eliminar la mayor cantidad de intermediarios que sea posible y, por último, iniciar al mismo tiempo la empresa y sus actividades de mercadeo y ventas.


Las etapas pre-operativas de cualquier empresa demandan muchos recursos y por eso no es recomendable que un emprendedor con poco capital tarde varios meses montando su empresa, porque mientras demanda recursos no hay entradas de dinero, lo más crítico de un negocio, agrega el académico.

Ahora bien, existen varios negocios que, a pesar de ser muy tradicionales, pueden llegar a tener impacto en el mercado como la marroquinería, la confitería, servicios de estética y los servicios personales.

Marroquinería con valor agregado

La marroquinería es un negocio que, ajuicio del investigador del CID de la Universidad Nacional, se puede montar con poco dinero pero que exige ofrecer valores agregados en términos de diseño y exclusividad. Además, debe montarse con la suficiente antelación a una determinada temporada.

Es decir que requiere contar con producción un mes antes del día de las madres, de mes del amor y la amistad, de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo, entre otras. Por el contrario, si comercializa en momentos de baja temporada sus productos se desactualizan rápidamente, vende poco y la inversión pierde valor.

La confitería ‘entra por los ojos’

En el caso de emprender un negocio de dulces o chocolates los productos deben contar con factores diferenciales, frente a la competencia. La comida ‘entra por los ojos’: el producto debe ser agradable a la vista, al olfato y al paladar, por lo tanto el diseño del empaque y del producto debe ser capaz de llamar la atención del cliente.

Es necesario tener cuidado con el cumplimiento de las normas sanitarias y con las normas internacional de control de calidad -Hazard Analyses and Critical Control Points (HACCP)-, de obligatorio cumplimiento para las empresas de producción de alimentos. Aunque este factor eleva el valor de la inversión, garantiza productos de calidad a los clientes y evitar inconvenientes con el Invima.

El amplio sector de los servicios

En el sector de los servicios la clave radica en el posicionamiento, en ganar espacio en la mente de los clientes. Eso es fundamental, ya que muchas veces el cliente no sabe lo que está comprando y basa su decisión de compra en el ‘voz a voz’, en lo que escucha de otras personas.

De otro lado, es necesario analizar cuáles servicios tienen estacionalidad y cuáles no. Por ejemplo, los servicios relacionados con el turismo son estacionales, mientras una empresa de servicios relacionados con la reparación de calzado o ropa es permanente en el tiempo.

La venta de servicios a empresas es estacional porque depende de las temporadas que las afectan. Por ejemplo, el servicio de limpieza de vitrinas al comercio es muy demandado al finalizar la temporada navideña. Aquí, tener un buen posicionamiento es fundamental para ser contratado en cualquier momento, ya que la estacionalidad perjudica los negocios que necesitan flujo de caja.

En general, la estacionalidad es mala para los pequeños negocios porque desborda su capacidad cuando se registra una demanda extra o no prevista, lo que se convierte en una pérdida, mientras que en momentos en los que hay baja demanda enfrentan dificultades para conseguir recursos.

Servicios personales

Hay mucho espacio para desarrollar negocios de servicios personales, ya que es poco delimitado frente a sectores tradicionales como la banca y porque las personas se están volviendo muy ocupadas.

En la última década, por ejemplo, se ha quintuplicado el número de personas solas y solteras, la mayoría profesionales con posgrado, quienes tienen una alta demanda de servicios personales porque tienen trabajos complejos, viven muy ocupadas y tiene el efectivo para pagar. Es un segmento que puede gastar montos relativamente altos en servicios y productos relacionados con el entretenimiento, los spa, gimnasios, etc.

Servicios de estética

Aunque es uno de los sectores de servicios con mayor competencia, el tema de la vanidad se ha vuelto importante y todavía cuenta con un gran potencial de crecimiento. Allí, la clave es conocer y cumplir con las regulaciones de las secretarías de salud.

Sin embargo, para ofrecer un buen servicio de belleza, es necesario contar con una inversión mínima de 60 millones de pesos. Para iniciar un spa, por ejemplo, se debe contar con mano de obra técnica, pero muy especializada, y recursos relativamente elevados para adquirir equipos y productos especializados.

Es necesario tener en cuenta que es un sector dinámico donde el tema del metrosexualismo está tomando fuerza y donde la mayoría de las grandes casas de productos cosméticos ha desarrollado líneas de maquillaje para hombres.

El espejismo de los ‘corrientazos’

Hay algunos negocios que en apariencia podrían ser fáciles de montar pero que en realidad no lo son tanto. Tal es el caso de los restaurantes de ‘corrientazos’, que exigen el cumplimiento de ciertos requerimientos de orden legal y sanitario. Estas circunstancias demandan una gran inversión en infraestructura: el menaje y el equipo de cocina pueden superar fácilmente los 40 millones de pesos.

Mientras otros productos pueden venderse en diferentes lugares, el restaurante depende de la población flotante de la zona en la que está ubicado para generar sus ingresos. Adicionalmente, no puede ajustar sus costos de operación (arrendamientos, servicios, etc.). Para que los pequeños negocios funcionen es clave poder variar rápidamente los espacios de promoción.



Por: Camilo Santana, investigador en pymes del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) y coordinador de la Unidad de Emprendimiento de la Facultad de Ciencias Económicas de la U. Nacional.