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Vicepresidente de la Reserva Federal explica consensos internos

Kohn no quiere fomentar la idea de que los encuentros en la Comisión Federal de Mercados Abiertos, a cargo de fijar las tasas de interés, son sesiones libres de debates o que sus miembros no le prestan el menor interés a las mismas.

5 de enero de 2008

Nueva York_  En una época en que al menos un par de analistas consideran que ha declinado la influencia de la Reserva Federal, en parte al menos porque hay una gran transparencia en la vida fiscal, otro funcionario del banco central revela más entretelones.

No hay nada especialmente sorprendente en las manifestaciones hechas el viernes por el vicepresidente de la Reserva, Donald L. Kohn, pero sí confirma una vieja sospecha, que no hay elementos con opiniones radicalmente opuestas el en organismo.

"Y ellos podrían ver su influencia sobre las políticas como algo cada vez mayor si generalmente forman parte del consenso", dijo Kohn como parte de su respuesta al siguiente planteamiento que hizo él mismo: ¿Por qué tan poco desacuerdo ante las decisiones de la Reserva Federal sobre tasas de interés?

Las otras cuestiones, de acuerdo con Kohn, se remiten a tomar decisiones que no tienen muchas posibilidades de contraríar las opiniones de miembro alguno y la idea, posiblemente correcta, de que demasiados desacuerdos reducirían la credibilidad de la Reserva en el mercado.

Kohn no quiere fomentar la idea de que los encuentros en la Comisión Federal de Mercados Abiertos, a cargo de fijar las tasas de interés, son sesiones libres de debates o que sus miembros no le prestan el menor interés a las mismas.

"Los presidentes efectivos no pueden funcionar independientemente del sentir de la Comisión, porque finalmente la autoridad de un presidente depende de su capacidad para convencer a otros miembros de la comisión sobre que las decisiones que tomen bajo su liderato cumplirán con su objetivo. Mientras mejor sea el grupo de individuos que debe de convencer, mejores serán sus políticas", dijo.

La insistencia de Kohn en el sentido de que puede haber desacuerdos y discusiones profundas sobre política sin una serie de manifestaciones públicas repite lo que dijera su predecesor al Congreso hace unos cuantos años.

El entonces vicepresidente Roger Ferguson buscaba ser confirmado en el cargo por el Senado a mediados del 2003, cuando se enfrentó a uno de los pocos escépticos en el Congreso durante la época de Alan Greenspan: El senador republicano Jim Bunning, de Kentucky.

"Demasiados gobernadores (de la Reserva), en mi opinión, simplemente siguen al presidente", dijo Bunning, ex lanzador de las mayores de cierta fama. Luego, agregó, "me preocupaba y continuaba preocupándome por la cuestión de la mentalidad de grupo en la Reserva y un culto a la personalidad en la Reserva en torno al presidente".

 

 

 

AP