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Un año de transición con pocos avances en la lucha contra el calentamiento

La primera década del siglo XXI se cierra sin un nuevo acuerdo vinculante para combatir el calentamiento global, un fenómeno que produce cada vez más catástrofes naturales en el mundo.

23 de diciembre de 2010

México.- La lucha contra el cambio climático atravesó en 2010 un proceso de convalecencia que culminó en diciembre en la cumbre de Cancún (México), en la que hubo sólo tímidos avances, aunque la ONU recuperó el protagonismo perdido en Copenhague un año antes.

La cumbre de Copenhague de finales de 2009 estuvo a punto de hacer descarrilar las negociaciones multilaterales en el seno de la ONU, cuando un puñado de potencias intentó sin éxito imponer un acuerdo negociado a puerta cerrada al resto de las naciones.

Desde entonces, las reuniones de expertos y ministeriales mantenidas este año en Nusa Dua (Indonesia), Bonn (Alemania), Ginebra (Suiza) y Tianjin (China) se centraron en intentar recuperar la confianza en el proceso.

El año empezó mal, con la inesperada dimisión en febrero del secretario ejecutivo de la Convención de la ONU para el Cambio Climático (UNCCC), el holandés Yvo de Boer, que los medios vincularon al fracaso de Copenhague.

Ante el sombrío panorama, México y la ONU rebajaron las expectativas de lograr acuerdos vinculantes en Cancún, una estrategia que permitiría al final calificar la cumbre como un "éxito" por muy modestos que fueran sus resultados.

El principal logro de la reunión fue poner bajo el paraguas de las Naciones Unidas los objetivos de los países más contaminadores -E.U y China- de recortar sus emisiones de gases contaminantes, y reducir en parte las diferencias entre ricos y pobres.

Sólo Bolivia se opuso a los compromisos aprobados en México por considerarlos insuficientes.

Los más de 190 países asistentes crearon un "Fondo Verde" para gestionar las ayudas que los países desarrollados se comprometieron a aportar en Copenhague a las naciones en desarrollo para hacer frente al cambio climático US$-30.000 millones para el periodo 2010-2012 y US$100.000 millones anuales a partir de 2020.

Otro acuerdo fue mantener la meta también fijada en Copenhague de limitar a un máximo de 2 grados centígrados el aumento de la temperatura media respecto a niveles preindustriales en este siglo y elevar el nivel de ambición de los países en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero la cumbre dejó para la próxima reunión en Durban (Sudáfrica) a finales de 2011 los temas más controvertidos, como el futuro del protocolo de Kioto (1997) cuya primera fase expira en 2012 y que obliga a una cuarentena de países desarrollados a reducir sus emisiones de dióxido de carbono y otros gases.

Uno de los puntos más conflictivos para la renovación del protocolo es que no fue ratificado por E.U y no obliga a China por tratarse de un país emergente.

Según cálculos de la ONU, incluso si todos los países -entre ellos E.U y China- cumplieran los compromisos voluntarios de recortes que han anunciado hasta ahora, será difícil mantener la subida de las temperaturas por debajo de los 2 grados considerados críticos.

Mientras, científicos de la Royal Society británica han advertido de que el calentamiento puede ser de más de 4 grados centígrados en los próximos 50 años si no se reducen de forma drástica las emisiones de aquí a 2020.

La década 2001-2010 ha sido la más caliente de la historia de la humanidad, de acuerdo con la Organización Mundial de Meteorología, que relaciona este fenómeno con olas de calor en Rusia, las inundaciones en Pakistán y las sequías en la cuenca del Amazonas y el suroeste de China.

Ahora todos los ojos están puestos en la próxima cumbre de Durban, donde quizás haya menos margen de error al estar más cerca de expirar el protocolo de Kioto, el único tratado existente en materia de calentamiento global.

 

EFE