Home

Noticias

Artículo

Temporada de huracanes podría complicar daños por fuga de crudo

Los meteorólogos que estudian la situación en el Atlántico a medida que se acerca la temporada de huracanes afirman que la combinación de vientos fuertes y olas con el enorme derrame de crudo de un pozo petrolero submarino en el Golfo de México no es nada alentadora.

31 de mayo de 2010

EU  — El Golfo de México es la autopista de los huracanes que se forman o revientan sobre acumulaciones de aguas cálidas y que después, por lo general, se desplazan hacia el norte o hacia el oeste con dirección a la costa.

La zona es actualmente el escenario del peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos y la ruta general de algunos de los temporales registrados como los más violentos, entre ellos el huracán Camille, que azotó en 1969 la costa de Misisipí, y el huracán Katrina, que repitió los efectos en 2005.

La temporada de huracanes oficialmente comienza el martes y aunque los científicos al parecer coinciden en que la gigantesca mancha de crudo no alterará la formación de las tormentas, la verdadera preocupación estriba en la posibilidad de que el huracán convierta los millones de litros de crudo que flotan en el mar en oleadas que azoten parte del litoral.

"La mancha de petróleo va a destruir el sur de Luisiana. Estamos agonizando lentamente", dijo Billy Nungesser, presidente de la Parroquia Plaquemines, la cual se ubica en la costa. "No tenemos tiempo para esperar mientras se intentan soluciones". La temporada de huracanes comienza el martes".

Las preocupaciones van en aumento tras el nuevo fracaso de la firma British Petroleum para contener el crudo que escapa de manera incontrolable de un pozo petrolero submarino que ha quedado inutilizado.

Los esfuerzos de la petrolera para taponar el pozo con barro y sellarlo con cemento en una técnica llamada "Top Kill" (Tapón definitivo) fue el fracaso más reciente para detener la fuga. Otra solución —la colocación de una campaña similar a otra que no funcionó— está siendo preparada pero será llevada a la práctica dentro de varios días.

Algunos expertos temen una horrible combinación de vientos dañinos y olas grandes que hagan que el crudo penetre toda vía más en los estuarios y humedales, y que el litoral quede convertido en un desastre cubierto de escombros y una sustancia pegajosa olor acre.

Además tal vez no se advertirán durante años las peores consecuencias de una oleada causada por la tormenta y mezclada con crudo: si el hidrocarburo penetra hasta marismas que actúan como amortiguador natural frente a oleadas veloces durante los temporales, diversas zonas quedarían bastante tiempo más vulnerables a las tormentas, como Nueva Orleáns.

Según los expertos, existen pocos estudios sobre un escenario con estas condiciones, si es que ninguno.

"Es difícil pronosticar, como teoría, qué sucederá con esta agua contaminada", dijo Joe Bastardi, analista en jefe para huracanes de gran envergadura con el portal de internet AccuWeather.com.

Según expertos, el único precedente es el verano de 1979, cuando las tormentas dificultaron las acciones para contener la fuga del pozo petrolero submarino Ixtoc 1, del que escaparon 529 millones de litros (140 millones de galones) de crudo frente a la Península de Yucatán.

El huracán Henri, una tormenta de categoría 1, dañó la campana de acero de 310 toneladas diseñada para frenar la fuga de crudo, la cual se había convertido en la peor de su tipo en tiempos de paz en la historia.

Sin embargo, aunque la marea negra alcanzó playas en Texas y México, las tormentas tropicales y frentes fríos inusuales en la temporada ayudaron ese año a revertir las corrientes marítimas antes de lo normal y se llevaron el crudo de la costa. Las tormentas también ayudaron a la dispersión de parte del crudo, dijo Bastardi.

"Eso es lo que creo que ocurrirá está ocasión", señaló el experto. "Estoy seguro de que un huracán ayudará bastante a diluir el petróleo, a esparcirlo hacia donde las concentraciones sean menos dañinas".

(AP)