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Situación agro argentino puede complicarse

La situación del agro argentino, que el lunes paralizará las ventas de granos en protesta contra la política agrícola oficial, empeorará si el Gobierno amplía una intervención en los mercados que golpea los precios, dijo el jueves un líder agrario.

13 de enero de 2011

Buenos Aires - Los productores, que mantienen desde hace años una tensa relación con la presidenta Cristina Fernández, anunciaron el miércoles una huelga comercial por una semana y que impulsó levemente los futuros de granos del mercado de Chicago.

Pero la medida de fuerza, que se lanzó por la disconformidad con los anuncios oficiales para mejorar la situación del mercado de trigo, no afectaría las exportaciones de uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos.

"Hoy es muy difícil vender trigo, nosotros necesitamos que se solucione este problema", señaló a Reuters Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, una de las cuatro grandes asociaciones agropecuarias del país.

Los chacareros reclaman al Gobierno que se eliminen las restricciones para exportar trigo porque consideran que limitan la demanda y los obliga a vender sus granos a un bajo precio, pero también temen que esta intervención, que afecta a otros productos como el maíz y la carne, se extienda.

"Habrá que ver las medidas que toma el Gobierno y si da algún tipo de solución. También habrá que ver lo que pasa con otros granos como el maíz y en otras áreas como la carne", dijo el dirigente agrario.

El sector está particularmente disconforme con las acciones del polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien desde hace años fija límites a exportaciones y a precios domésticos de algunos alimentos en busca de moderar una elevada inflación.

Llambías dijo que Moreno -al que muchos empresarios acusan por sus amenazas y actitudes autoritarias- sigue dictando la política para el sector, lo que beneficia a las grandes firmas comercializadoras en detrimento de los agricultores.

"Si todo esto se sigue haciendo, la situación del campo se va a ir complicando", afirmó.

Los chacareros están enfrentados con la presidenta Fernández desde la feroz protesta que realizaron en el 2008 contra un intento oficial de subir el impuesto a la exportación de soja, que incluyó paros comerciales y bloqueos de rutas que dejaron a varias ciudades sin algunos alimentos clave.

La huelga que comenzará el lunes próximo marca el inicio de un nuevo enfrentamiento que podría agravarse a lo largo de un año de fuerte sensibilidad política, cuando el país celebrará comicios generales en los que algunos dirigentes rurales podrían ser candidatos por la oposición.

MERCADOS

Los mercados se mostraron preocupados por el futuro abastecimiento de Argentina, uno de los líderes mundiales en exportación de soja, maíz y trigo, aunque la medida de fuerza difícilmente afectaría las ventas externas del país.

"Siempre es muy poco el volumen de soja que se negoció en esta época porque no hay oferta y, a su vez, coincide con el paro anual de las plantas" por cuestiones de mantenimiento y vacaciones, dijo Lorena D'Angelo, analista de mercados agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario, que añadió que "no se esperaba esta medida".

Durante el conflicto de 2008 los dirigentes rurales se vieron obligados a moderar sus protestas para no perjudicar el abastecimiento de alimentos de primera necesidad y para evitar el malestar en parte de la población, factores que generan incertidumbre sobre el futuro de la nueva medida de fuerza.

"No hago futurología, no podemos predecir lo que va a pasar", dijo Llambías al consultársele sobre una posible extensión de las protestas.

"Los productores tenemos más esperanza en ir cambiando la realidad del país que optimismo en que las cosas se solucionen de forma automática", agregó.

 

(Reuters)