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Sindicatos y ONG reiteran oposición a TLC con Colombia en EE.UU.

15 de abril de 2008

Washington.- Grupos contrarios a un polémico acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia reiteraron el martes que trabajarán para que sea derrotado en el Congreso estadounidense, donde el proyecto fue rechazado recientemente por líderes de la oposición demócrata.

Los demócratas, que tienen en los sindicatos una de sus principales bases de apoyo, postergaron indefinidamente la votación del tratado después de que el presidente George W. Bush mandó la legislación al Congreso para su consideración sin haber llegado a un acuerdo político con la oposición.

Los sindicalistas dieron su apoyo a la decisión demócrata y prometieron trabajar para "derrumbar" el proyecto en caso de que llegue a ir a votación este año.

"Hasta que nuestros hermanos y hermanas puedan ejercer sus derechos laborales sin miedo de intimidación, amenazas o muertes, no podemos considerar seriamente aprobar el tratado de libre comercio (TLC) con Colombia," dijo John Sweeney, presidente de la poderosa federación sindical AFL-CIO, en una conferencia de prensa en el Congreso estadounidense.

"Si el TLC de Colombia va a votación este año, vamos a movilizar a nuestros miembros y los recursos de la federación para derrotarlo," agregó según un comunicado difundido posteriormente.

Los demócratas han expresado preocupaciones por el alto número de asesinatos de sindicalistas y la impunidad para juzgar esos casos bajo el Gobierno del presidente Alvaro Uribe, el principal aliado de Estados Unidos en América Latina.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo recientemente que no habría chances para el tratado en el Congreso si Bush no ofrece a cambio la ampliación de una ley que busca compensaciones para trabajadores afectados por la exportación de empleos a otros países con el comercio internacional.

El periódico conservador The Wall Street Journal publicó un editorial el martes acusando a Pelosi de "proteccionismo."

La organización no gubernamental Human Rights Watch también se manifestó en contra del proyecto, criticando el plan de Uribe para desmovilizar paramilitares de ultraderecha en el país andino, azotado por un conflicto civil que dura décadas.

"Hasta que Colombia muestre resultados concretos y sostenibles para desmantelar los paramilitares, los sindicalistas seguirán vulnerables a la persecución de esos grupos," dijo José Miguel Vivanco, director para las Américas de la ONG.

El Gobierno de Bush ha defendido el acuerdo comercial, argumentando que es importante para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Rechazarlo sería dar la dar la espalda a su mayor aliado regional, dijo Bush. Bogotá recibe más de 500 millones de dólares al año de Estados Unidos para combatir el narcotráfico y la guerrilla izquierdista bajo el llamado "Plan Colombia."

El presidente Alvaro Uribe, muy popular en su país, ha dicho reiteradas veces que el acuerdo es fundamental para atraer inversiones de largo plazo y crear empleos de calidad, lo que ayudaría aún más en el combate a la violencia.

El Gobierno de Uribe también ha creado un grupo de fiscales especiales para combatir la violencia sindical y ha enfatizado que la violencia en el país, incluso contra sindicalistas, se ha reducido de forma considerable en los últimos años.

Según la AFL-CIO, Colombia sigue siendo el país más violento del mundo para sindicalistas, con 72 asesinatos en el 2006 y 39 el año pasado.

 

 

Reuters