Home

Noticias

Artículo

Se dispara el uso de contrabandistas en la frontera EEUU-México

Si bien la existencia de contrabandistas data del siglo XIX, cuando el Congreso de Estados Unidos limitó por primera vez el flujo de inmigrantes, el reciente aumento coincide con las medidas tomadas por las autoridades tras los ataques terroristas del 2001 en Washington y Nueva York.

31 de diciembre de 2006

San Diego- Con el incremento de medidas de seguridad en la frontera, los inmigrantes ilegales recurren cada vez más a los servicios de contrabandistas para salir de México en dirección al norte.

La creciente demanda en este mercado ha desembocado en una feroz competencia entre sofisticadas redes criminales, que emplean músculo y astucia para acaparar al mayor número de clientes.

La evidencia de este fenómeno es abundante en las ciudades fronterizas, donde los contrabandistas transportan grandes grupos de inmigrantes procedentes de México. Asimismo, la AP pudo corroborarlo al analizar decenas de miles de entrevistas que un instituto estatal mexicano les hizo a los inmigrantes.

"Lo que era un gasto discrecional ahora es una necesidad", dijo Jorge Santibañez, el encargado de supervisar la encuesta cuando era presidente de El Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana.

La AP descubrió datos contundentes del incremento en el uso de contrabandistas entre los que participaron en el sondeo. Los entrevistados eran inmigrantes que retornaron a México tres años después de irse, voluntariamente o deportados por las autoridades estadounidenses.

Alrededor de la mitad dijo haber utilizado los servicios de un contrabandista. En el 2004 la cifra era de uno de cada tres, por uno de cada seis en el 2000.

El actual porcentaje de inmigrantes ilegales que contratan a contrabandistas podría ser inclusive mayor al determinado por la AP. Muchas personas se muestran reacias a reconocer que contrataron a alguien para cometer un crimen. Asimismo, el sondeo no incluye a los que se quedaron en Estados Unidos: cruzar la frontera con éxito depende frecuentemente de la experiencia de un contrabandista.

"Las posibilidades de que lo atrapen a uno se reducen utilizando a un contrabandista", dijo David Spener, un experto en inmigración en la Universidad de Trinity, San Antonio.

Este mercado, en el que los costos se han multiplicado en apenas una década, se ha convertido en un nicho en el que organizaciones criminales quieren la gran tajada.

La mayoría de los contrabandistas optan por cruzar con sus clientes por la noche en las zonas desérticas. Otros, sin embargo, optan por travesías más arriesgadas.

Los inspectores de aduanas en un cruce de San Diego hallaron a una niña de 14 años amarrada bajo las barras metálicas del asiento de pasajeros de un vehículo. En otras ocasiones han descubierto a niños dentro de compartimentos que sirvieron antiguamente para almacenar la gasolina.

La guerra entre las organizaciones es cruenta. Algunos contrabandistas le arrebatan los clientes a sus rivales secuestrando a los inmigrantes. En una de esas ocasiones, un enfrentamiento en la carretera terminó con la vida de cuatro personas en 2003. Los cuerpos fueron tapados con pollos, en alusión a los "polleros", como se llama a los contrabandistas.

"Se ha convertido en un buen negocio, muy peligroso, pero un buen negocio", dijo Daniel Rivera, de 63 años, quien recluta a inmigrantes que caminan por las calles de Tijuana.

El incremento de contrabandistas es producto de las nuevas medidas de seguridad, más rigurosas, que exige Washington. La Patrulla Fronteriza aumentó sus efectivos de 8.400 en 1999 a 12.400 en la actualidad y se prevé que serán 18.000 para el 2008.

El presidente George W. Bush ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera y firmó recientemente una ley para la construcción de un muro de 1.120 kilómetros desde California hasta Texas. Asimismo, el gobierno está comprando sensores para detectar a los contrabandistas y planea sobrevolar la zona sur del país en busca de inmigrantes ilegales que estén cruzando la frontera.

Un importante funcionario del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos subrayó que el incremento en el uso de contrabandistas es una prueba de que las medidas del gobierno están funcionando.

"Tenemos más control", dijo Ralph Basham, el comisionado del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, la agencia que supervisa a la Patrulla Fronteriza.

Los críticos argumentan que las medidas no son eficaces y que según cálculos del propio gobierno, el número de inmigrantes ilegales creció de 2 millones en el 2000 a 10,5 millones en el 2005. Los principales ganadores, dicen, son los contrabandistas.

"Ha convertido un negocio modestamente rentable en una industria con ganancias fabulosas", dijo Wayne Cornelius, un experto en inmigración de la Universidad de California en San Diego.

Para este reportaje la AP analizó las respuestas de 61.000 inmigrantes ilegales entrevistados por El Colegio de la Frontera Norte de 1999 a junio de 2005. El instituto efectuó las entrevistas en los aeropuertos, estaciones de autobús y cruces en ocho ciudades fronterizas.

AP