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Revelación sobre caída de reservas de gas sacude el mundo petrolero boliviano

La difusión extraoficial de un informe que rebaja las reservas probadas de gas de Bolivia a 8,3 billones de pies cúbicos, la tercera parte de lo que se creía, ha causado gran revuelo en el mundo petrolero, mientras el Gobierno de Evo Morales reacciona con evasivas y las empresas con silencio.

22 de octubre de 2010

La Paz -"Es un impacto a las expectativas que se construyeron desde principios de la década sobre las distintas potencialidades que daban ventaja económica a Bolivia en el contexto regional", dijo hoy el analista del sector Hugo del Granado, en entrevista con Efe.

El escándalo comenzó cuando del Granado reveló días atrás, en un artículo, que había accedido a un informe preliminar pero fidedigno sobre las reservas probadas del energético, que el Gobierno mantenía en secreto desde junio pasado.

Según el analista, el informe fue hecho por la norteamericana Ryder Scott, contratada por el Ejecutivo, y señala que Bolivia tiene solo 8,3 billones (y no 26,7, ni 19, ni 12,8 billones, como han sostenido hasta ahora versiones oficiales contradictorias).

Bolivia, agregó del Granado, vive "un momento de resistencia a la verdad" porque perderá su "aureola" de segunda potencia de gas de Suramérica y hoy está cerca de disputar el quinto lugar a Colombia.

Venezuela posee 200 billones de pies cúbicos de reservas de gas, Argentina, 13,2; Brasil 12,7; Perú tiene 11,2 y Colombia 4,4 billones, según informes citados por el experto, tras apuntar que en el mundo la cifra global es de 6.600 billones.

El ex superintendente boliviano de Hidrocarburos Carlos Miranda ha señalado a los medios que, de confirmarse oficialmente tal caída, Bolivia estaría frente "al anuncio del mayor desastre nacional de la historia en recursos naturales".

El Ministerio boliviano de Hidrocarburos no ha confirmado ni negado la información de del Granado, pero dijo que el informe de Ryder Scott está "en proceso de exhaustiva revisión".

Varios analistas dicen que el Ejecutivo de Morales tiene la misma actitud del avestruz, que prefiere esconder la cabeza ante la realidad, o actúa como el enfermo que se resiste a aceptar el examen médico que ha pagado para conocer el estado de su salud.

Para justificar la revisión de los datos, el ministerio señala que la anterior certificadora del gas boliviano, D'Golyer & MacNaugthon, manejó las cifras de forma "artificial" y las infló "mágicamente", según el Gobierno, cuando el sector era dominado por empresas privadas, y luego las "achicó" tras la nacionalización petrolera decretada en 2006 por Morales.

Bolivia rompió su contrato con D'Golyer & MacNaugthon cuando en ese año informó que, producto de un cambio en su forma de trabajar, las reservas probadas bajaron de 26,7 a 12,8 billones, sin que se conociera hasta ahora una explicación detallada de esa reducción.

Este país consume al año medio billón de pies de cúbicos de gas, entre el mercado interno y las exportaciones a Brasil y Argentina.

La Cámara Boliviana de Hidrocarburos, que asocia entre otras a la española Repsol YPF, la brasileña Petrobras, la francesa Total o British Gas, ha dicho que no comentará informes extraoficiales y que el único estudio completo es el de 2005, que habla de 26,7 billones.

Sin embargo, el informe difundido por del Granado ha causado una gran preocupación en el sector sobre los factores de ajuste que la petrolera estatal YPFB pueden usar a la hora de cumplir sus contratos con Brasil y Argentina, más el mercado interno.

Bolivia nunca suspendió el envió de gas a Brasil, salvo incidentes de horas, pero en cambio a Argentina sí se lo ha reducido varias veces, algo que del Granado cree que puede volver a ocurrir a la hora de un ajuste, según dijo a Efe.

En lugar de reconocer un riesgo, el ministro de Hidrocarburos, Fernando Vincentti, afirmó varias veces que Bolivia cumplirá "holgadamente" con sus clientes, y además ha viajado a Uruguay y Paraguay para negociar nuevos convenios para vender gas.

Las empresas del sector vienen pidiendo al Gobierno de Morales nuevas condiciones para invertir en exploración, frente a la realidad de que hay un solo pozo exploratorio en Bolivia, frente a 61 en Colombia, 300 en Brasil y 600 en Argentina.

"Esas son las diferencias y datos que debe tomar en cuenta el Gobierno para hacer un punto de inflexión en su política", concluyó del Granado.

EFE