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Rescate de rehenes y alianza con partidos afianzan candidatura de Santos

El ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos parte como favorito en las elecciones del domingo, respaldado por el reciente rescate de cuatro rehenes de las Farc y las adhesiones de la mayoría de los partidos a su proyecto de crear un "gobierno de unidad nacional".

16 de junio de 2010

Bogotá, - Santos se disputará la Jefatura del Estado en una segunda vuelta electoral con el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, a quien en la primera ronda le sacó una ventaja de 25 puntos.

Las últimas encuestas otorgan a Santos un 67 % de la intención de voto en la segunda vuelta, frente al 29 % de Mockus, lo que pronostica que el sucesor del presidente Álvaro Uribe será su ex ministro de Defensa.

El sorpresivo resultado del 30 de mayo, cuando los sondeos daban a los dos aspirantes un empate técnico, fue el empujón que necesitaba Santos para afianzarse como el favorito y plantear un "gobierno de unidad nacional", propuesta a la que en las últimas semanas se han adherido la mayoría de las fuerzas políticas.

El primero fue el Partido Conservador, que ha pertenecido a la coalición del presidente Álvaro Uribe; después una importante facción de los liberales, en la oposición en los últimos ocho años; y, por último, Cambio Radical, liderado por Germán Vargas Lleras, quien resultó el tercero más votado en las pasadas elecciones.

De convertirse en presidente el próximo 7 de agosto, fecha programada para la toma de posesión, el candidato oficialista tendría el respaldo de más del 80 % del Congreso, es decir, de 232 de los 268 integrantes de las dos Cámaras, un apoyo mayor al que Uribe ha tenido en sus dos gobiernos consecutivos.

Como en los comicios legislativos del 14 de marzo el Partido de la U, de Santos, se hizo con la mayoría de los escaños, sólo tendría como fuerzas opositoras al Partido Verde, de Mockus, y al izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA).

Ante este panorama, el ex ministro de Defensa se mostró confiado en que así podrá ejecutar las reformas que deja pendientes Uribe; y la razón es que gobernaría prácticamente sin oposición.

Pero lo que le ha dado a Santos el último empujón para que en Colombia ya se dé por descontada su victoria fue el sorpresivo operativo militar por el que fueron rescatados el domingo cuatro uniformados rehenes de las Farc en las selvas del sur del país.

El rescate del general Luis Mendieta, los coroneles Enrique Murillo y William Donato y el sargento Arbey Delgado, mediante la "Operación Camaleón", coordinada directamente por el presidente Uribe, recordó los éxitos de Santos en la lucha contra la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) durante su gestión en el Ministerio de Defensa.

Santos fue el artífice de la "Operación Jaque", considerada una "obra maestra" y por la que en julio de 2008 fueron liberados quince secuestrados, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres estadounidenses.

Meses antes, en marzo, había dirigido la "Operación Fénix", un ataque a un campamento de las Farc en Ecuador que acabó con la vida del segundo al mando de la guerrilla, Raúl Reyes.

Pese a lo cuestionada que fue esa misión militar, porque llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas con el país vecino, supuso el principio del fin de la entonces cúpula guerrillera, dado que al mes siguiente falleció de un infarto su fundador, "Manuel Marulanda" o "Tirofijo".

Aunque ni Uribe, ni los mandos militares, hicieron mención alguna a los anteriores éxitos del ex ministro de Defensa contra las Farc, hubo un mensaje implícito esta semana, ya que, al unísono, todos apostaron por la continuidad de la política de seguridad del actual presidente, y eso es lo que representa Santos en estas elecciones.

Inmediatamente después de conocerse la exitosa "Operación Camaleón", Santos cerraba su campaña en la ciudad de Medellín, donde prometió "perseverar en los rescates militares y en presionar a las Farc", así como en no descansar "hasta que no haya ningún secuestrado más en Colombia".

Estas operaciones sirvieron además para mitigar los efectos de los escándalos que acompañaron a Santos como ministro, en especial, las ejecuciones extrajudiciales de civiles por parte de militares, que se conocieron cuando era titular de Defensa y no se ha determinado por ahora responsabilidad política.

(EFE).