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Remesas desalientan ingreso de jóvenes al mercado laboral

En Guatemala no ha sido necesario, como en otros países Centroamericanos, suplir operarios o peones agrícolas con trabajadores procedentes de naciones vecinas.

29 de mayo de 2007

Saljaca, Guatemala_ Recibir una renta constante en casa gracias al envío de remesas de Estados Unidos ha provocado que algunos jóvenes en poblaciones rurales pierdan el interés en estudiar o trabajar en Guatemala.

 

"Los muchachos tienen el dinero fácil y lo único que saben es gastarlo en juegos de video. En este municipio ha caído la escolaridad en parte porque muchos se van a Estados Unidos y porque los que se quedan no quieren estudiar", dijo a la AP Miguel Ovalle, alcalde de esta localidad ubicada a unos 200 kilómetros al oeste de la capital.

 

En Guatemala no ha sido necesario, como en otros países Centroamericanos, suplir operarios o peones agrícolas con trabajadores procedentes de naciones vecinas.

 

"Aquí es muy grande la cantidad de personas subempleadas y eso hace que siempre haya guatemaltecos para llenar los puestos de trabajo", explicó el economista Juan Alberto Fuentes Knight, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales y ex coordinador del informe de desarrollo humano de Naciones Unidas para Guatemala.

 

Un estudio hecho por la Organización Internacional del Trabajo en 2004 indicó que el 16% de la población económicamente activa, equivalente a unas 813.000 personas, está subempleada y trabaja menos horas de las que podría o gana menos de lo que necesita.

 

En Salcajá es difícil conseguir jóvenes que quieran tejer, siendo que las telas que usan las mujeres en sus faldas tradicionales hicieron famosa esta localidad, y ganar unos 900 quetzales (120 dólares) mensuales.

 

"Se gana muy poco y para un joven es más fácil sólo recibir", dijo Secundino Taracena, propietario de un telar y a quien se le ha sobrecargado el trabajo ante la ausencia de jóvenes tejedores.

 

La mayoría de telares han sido desmantelados y llevados a zonas rurales donde el desempleo es más elevado.

 

Por lo menos unas 1.000 familias de esta comunidad de 12.000 personas reciben remesas a través de la Cooperativa Salcajá R.L., dijo el gerente general de esa entidad, Romualdo Pizabaj.

 

"Tuvimos que crear un programa llamado "más que remesas" porque queremos promover la inversión en lugar del consumo. En especial queremos ayudar a crear microempresas entre los jóvenes que no ven incentivo en trabajar o estudiar", agregó.

 

Franklin Robles, un joven que vivió diez años en Trenton, Nueva Jersey y Chicago, no ve motivos para trabajar en Guatemala. "Por los 1.400 quetzales (unos 200 dólares) que se ganan al mes, no van a trabajar los chavos (jóvenes) y ¿para qué van a estudiar? si aunque estudie uno no gana más que eso", dijo en su casa de esta comunidad.

 

Robles no tiene un empleo fijo y su último trabajo fue vender un vehículo aunque eventualmente atiende la tienda de abarrotes que su familia tiene en casa.

 

Junto con él, decenas de jóvenes se reúnen en el billar de la localidad o en la sala de videojuegos para pasar el tiempo por las tardes. Algunos trabajan, otros estudian y otros más viven ese compás de espera para que llegue el tiempo de irse a Estados Unidos.

 

Los padres que viven en Estados Unidos suelen exigir que sus hijos terminen la secundaria y cumplan la mayoría de edad, 18 años, antes de viajar a ese país. Aunque hay casos en que logran obtener una visa o los progenitores ya tienen residencia estadounidense, la mayoría tiene que reunir entre 6.000 y 7.000 dólares para que un coyote los lleve a reunirse con sus padres.

 

Nery Raúl Rodas, un adolescente de 14 años, vive esa situación. "Yo no quiero estudiar, no me gusta. Lo que estoy esperando es que mi papá arregle los papeles (migratorios en Estados Unidos) para irme a trabajar allá", comentó.

 

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó que unos 48.000 guatemaltecos salieron de Guatemala entre 2005 y 2006. Casi la totalidad de los que residen fuera están en Estados Unidos.

 

De acuerdo con una encuesta de 2006 hecha por la OIM, más de un millón de jóvenes de entre 10 y 20 años reciben remesas procedentes de Estados Unidos.

 

En Quetzaltenango, la región a donde pertenece este municipio son unas 300.000 personas las que mes a mes reciben dinero de sus familiares en ese país. De los 3.600 millones de dólares por remesas que ingresaron a Guatemala en 2006, más de 300 millones fueron a dar a la zona de Quetzaltenango.

 

En El Salvador, Honduras y Nicaragua, las remesas familiares desde Estados Unidos representan un importante ingreso de divisas, arriba de los principales productos de exportación.

 

La viceministra de relaciones exteriores para el tema de la migración, Marta Altolaguirre, explicó "es una realidad que hay cierto acomodamiento entre la gente joven al recibir una renta sin haberla trabajado, pero es la menor de las consecuencias. El balance es más positivo que negativo".

 

El director de la firma encargada de hacer los estudios sobre remesas para el Banco Interamericano de Desarrollo, Sergio Bendixen, aseguró que aunque existen casos en que los jóvenes deciden no estudiar ni trabajar, "es evidencia anecdótica. He estudiado el tema y he hecho grandes esfuerzo para encontrar gente que no le interese y puedo decir que es un porcentaje pequeño".

 

Una encuesta hecha por la OIM en 2005 indicó que el 30% del monto de las remesas en Guatemala se destina a educación, salud e inversión.

 

Un total de 312.000 hogares que reciben remesas en Guatemala, apuntó dicha encuesta, han logrado instalar una micro o pequeña empresa.

 

 

 

AP