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Raúl Castro encabeza acto y exhorta a la productividad

Hace exactamente un año, el histórico líder cubano Fidel Castro apareció por última vez en público durante la conmemoración del asalto al Cuartel Moncada, en esa ocasión celebrada en la provincia de Holguín.

26 de julio de 2007

Camaguey, Cuba.- El presidente interino de Cuba Raúl Castro encabezó el jueves en reemplazo de su hermano Fidel una de las más importantes efemérides revolucionarias, en la cual hizo un llamado a la productividad y control del despilfarro como prioridad de su gobierno.

Entonces "no podíamos siquiera sospechar el duro golpe que nos esperaba", dijo Raúl Castro en su discurso del jueves frente a miles de personas congregadas en la Plaza de la Revolución de Camagüey, a unos 600 kilómetros de la capital cubana.

Poco después, Fidel Castro de 80 años, fue operado de los intestinos y delegó el ejecutivo en su hermano y un grupo de altos dirigentes.

"Para alegría de nuestro pueblo (Fidel) ya despliega una actividad cada vez más intensa y sumamente valiosa", agregó el mandatario interino, mientras las personas agitaban banderitas daban vítores a la revolución.

El también ministro de Defensa reconoció las tensiones para la isla de gobierno comunista, el único del hemisferio, de la inesperada salida de su hermano.

"Han sido en realidad meses muy difíciles aunque con efectos diametralmente distintos a lo que esperaban nuestros enemigos que soñaban que se entronizaría el caos y el socialismo cubano terminaría por desplomarse", expresó con voz pausada durante su discurso leído de casi una hora.

Por el contrario, "no se detuvo ninguna tarea hay orden y trabajo", señaló.

Rodeado de los históricos comandantes de la revolución y de funcionarios del gabinete, Castro aseguró que "no ha existido un minuto de tregua frente a la política de Estados Unidos".

Férreo rival de La Habana, Washington decretó desde hace cuatro décadas duras medidas de embargo contra la nación caribeña para fomentar un cambio de sistema y un giro de corte pluripartidista. La actual administración del presidente George Bush endureció más aún el embargo.

El mandatario interino aprovechó la ocasión para recordar que en los próximos meses habrá elecciones en Estados Unidos y reiteró su oferta de dialogar con las nuevas autoridades "en pie de igualdad".

Paralelamente emprendió críticas contra las ineficiencias del modelo cubano y las carencias en materias como la alimentación o la falta de poder adquisitivo de los salarios.

"Nadie... puede darse el lujo de gastar más de lo que tiene", comentó Castro quien no temió asegurar que se harán "los cambios estructurales que sean necesarios" para levantar drásticamente la producción del país.

Aunque no hizo explícitos cuáles serían estos, el mandatario interino, insistió en la necesidad de recuperar la industria nacional y no descartó la colaboración de la inversión extranjera, pero siempre con papel mayoritario del Estado.

"Son muchas las batallas y requieren la cohesión de fuerzas", advirtió Castro, de 76 años.

 

 

 

AP