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Planean una serenata de vuvuzelas contra BP

El inconfundible sonido de estas cornetas de plástico se ha convertido en la incómoda banda sonora de los partidos del Mundial de Sudáfrica, y aunque entretiene a los aficionados, su molesto "vu vu" incomoda a deportistas, espectadores y a muchos más.

1 de julio de 2010

Washington.- El irritante sonido de la vuvuzela puede atormentar a muchos, pero también inspirar a otros, como a un estadounidense que prepara una orquesta de estas trompetas para protestar contra el derrame del Golfo de México frente a la sede de la petrolera BP en Londres. 

El activista Adam Quirk ha propuesto la campaña para conseguir US$2.000 y decenas de voluntarios que quieran soplar hasta exasperar a los directivos de BP con el ensordecedor ruido.

Quirk, que trabaja como creativo audiovisual en Nueva York, puso hoy en marcha el contador de donaciones en la página web de micro-financiación "Kickstarter", que sirve de plataforma "on-line" para atraer dólares a partir de pequeñas cantidades de dinero.

Según su anuncio en la web, la compañía "no está sintiendo el dolor que ha causado en el Golfo" mientras "gasta millones de dólares en relaciones públicas" para cuidar su imagen desde que el pasado 20 de abril su pozo de petróleo se rompiese y causase la mayor catástrofe ecológica de la historia de Estados Unidos.

Quirk reconoce en la web que la serenata protesta, que sonará durante las horas de trabajo, "no va a cambiar nada", pero conseguirá atraer la atención de los medios de comunicación y poner "un poco más de presión pública" sobre la empresa.

La campaña se titula "Vuvuzelas para BP" y coloca en la página la fotografía de un sonriente Tony Hayward, el consejero delegado de la compañía, rodeado del tradicional instrumento sudafricano pintado de negro, que recuerda al petróleo.

La recogida de dinero, con la que planea comprar 100 vuvuzelas, seguirá hasta el 7 de julio y del total que Quirk espera recaudar, la mitad (1.000 dólares) se dirigirá al Fondo del Desastre del Golfo para la Diversidad Ecológica.

 

 

EFE