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Peso chileno, en nivel óptimo para evitar más inflación

Un peso chileno fluctuando entre 485 y 495 unidades por dólar, como ocurre actualmente, sería el nivel óptimo para el Banco Central tras lanzar su plan de intervención, pues una mayor caída de la moneda encarecería las importaciones y generaría más inflación.

28 de enero de 2011

Santiago - Hace casi un mes que el ente rector inició un programa de compras diarias de divisas, algo que no ocurría desde el 2008, para acumular reservas y contener el avance del peso, que se apreció un 8,4 por ciento el año pasado en medio de fuertes críticas del sector agroexportador.

Tras los primeros días de intervención, el peso pasó de 465,50 unidades a rozar las 500 unidades por dólar, con caídas en algunos días no vistas en más de dos décadas.

Para validar su intervención, el Banco Central hizo una pausa en enero en su ciclo de alzas de la tasa clave de interés y la dejó estable en 3,25 por ciento este mes.

Pese a ello, la moneda ha vuelto a recuperar terreno y en los últimos días rompió su promedio móvil, ubicándose cerca de las 485 unidades.

Una reciente encuesta a operadores estimó que el tipo de cambio llegaría a 495 pesos en tres meses, un nivel que agentes creen no sería conveniente perforar para evitar negativos efectos en la economía.

"Por motivos inflacionarios no conviene que el tipo de cambio siga aumentando, que el dólar se haga más fuerte (localmente). El impacto de subir de 465 a 495 pesos fue directo a la inflación", dijo Osvaldo Cruz, analista de la correduría Bci.

ALZA EXPECTATIVAS INFLACION

Si antes de la intervención los analistas estimaban una inflación de 0,1 por ciento para enero, ahora las proyecciones apuntan a un 0,3 por ciento este mes y del 4 por ciento en todo el 2011, muy por encima del 3,3 por ciento proyectado por el Banco Central.

De hecho, el jefe del Banco Central, José De Gregorio, admitió recientemente estar muy preocupado por la creciente inflación, luego de que en el 2010 finalizó en 3,0 por ciento, en el centro del rango meta del organismo.

"Si el dólar sigue apreciándose, esas expectativas inflacionarias van a ser aún más altas", estimó Cruz.

Chile importa más del 90 por ciento de los combustibles que consume, y el alza de precios ya la percibe el consumidor.

Para contener la inflación, De Gregorio afirmó que la Tasa de Política Monetaria (TPM) seguirá subiendo, ante una esperada expansión de la economía de 5,5/6,5 por ciento este año.

Tras la pausa de enero, no está claro si la decisión de mantener estable la tasa clave se extenderá a febrero o se elevará en 25 puntos base, lo que atraería más capitales y restaría fuerza al plan de intervención cambiaria del Banco Central.

De Gregorio ha advertido que la política monetaria no estará subordinada a un objetivo cambiario, pese a que el plan de intervención considera la compra de 12.000 millones de dólares entre enero y diciembre.

ESCENARIOS ANTE ALZA PESO

Si bien en el mercado esperan que el peso mantenga una tendencia al alza, sustentado en fundamentos externos como el alza del precio del cobre -principal exportación del país- y una debilidad global de dólar, agentes ven saludable que tras la intervención ahora el peso oscile en niveles más altos.

"El dólar está en un nivel distinto al que estaría sin la intervención, y en ese sentido no cabe duda que (la compra de divisas) ha sido efectiva", dijo el gerente de Tesorería del Banco Penta, Matías Madrid.

En caso de que el peso siga recobrando terreno, el Banco Central podría duplicar el volumen de compras diarias de divisas, que actualmente es de 50 millones de dólares, aunque para algunos analistas esa medida es lejana en el corto plazo.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, descartó que se "estén considerando controles de capital" como una medida para frenar la fortaleza del peso.

En el mercado no descartan que el peso saque más músculos si inversionistas extranjeros vienen a comprar parte de los instrumentos que lanzará el Banco Central para esterilizar su plan de intervención cambiaria o los bonos de Tesorería de la República que suman unos 18.000 millones de dólares.

Según cálculos de analistas y corredurías, es poco probable que el mercado local pueda absorber todos estos papeles.

Un cálculo de la correduría Bci muestra que inversionistas institucionales poseen actualmente 21.000 millones de dólares en bonos, e incrementar su stock elevaría las tasas y disminuiría el valor de los instrumentos.

Ante la ausencia de compradores locales, podría activarse el ingreso de inversionistas extranjeros.

"El lado perverso de eso es que se anularía la intervención en la medida que ingresen capitales", considera Alejandro Puente, economista jefe del grupo BBVA en Chile.

 

(Reuters)