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Pemex enfrenta crisis en su aniversario de nacionalización

Los líderes gubernamentales y ejecutivos de Pemex han advertido sobre los problemas durante años. Sin embargo, no han tomado muchas medidas, principalmente debido a que la empresa estatal es considerada como un tesoro nacional.

16 de marzo de 2007

México.- Reservas agotadas, oleoductos obsoletos, tecnología anticuada y miles de millones de dólares de deudas.

Pareciera que no hay mucho para celebrar. Mientras los ejecutivos de Petróleos Mexicanos y los líderes sindicales se preparan para ofrecer sus discursos y cantar el himno nacional en el 69° aniversario de la nacionalización del sector petrolero el domingo, algunos expertos sostienen que Pemex necesita dejar de mirar para atrás e invertir más tiempo en nuevos desarrollos que garanticen ingresos futuros.

Cuando fue nacionalizada en 1938, los mexicanos celebraron en las calles e incluso donaron sus joyas para ayudar a pagar la adquisición estatal. Desde entonces, Pemex ha sido la principal fuente de ingresos para el gobierno y los mexicanos desconfían de cualquier cambio que pueda ser considerado como una amenaza a la soberanía del país.

Pero los problemas abundan. El yacimiento de Cantarell, frente la costa del Golfo de México, se está agotando gradualmente, mientras la empresa enfrenta problemas derivados de filtraciones en los oleoductos que han provocado pérdidas y explosiones. Las deudas y las obligaciones de pensiones ascienden a 100.000 millones de dólares.

La constitución mexicana le prohibe a Pemex formar alianzas de producción y explotación con empresas privadas que podrían tener los recursos y la tecnología para alcanzar miles de millones de barriles de petróleo que estarían en reservas submarinas en la costa del Golfo de México.

Ningún presidente mexicano _ ni siquiera los partidarios de la empresa privada como el actual mandatario Felipe Calderón _ ha sugerido nunca cambiar eso. Muchos, no obstante, han sugerido suavizar las normativas para permitir limitada cooperación con capital privado, entre ellos Calderón.

Los analistas petroleros consideran que es improbable que México tenga alguna propuesta importante de reforma del sector energético este año de parte de Calderón, que aún se recupera de los comicios de julio que ganó por un margen menor al 1% a su rival Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador se opone vehementemente a la inversión privada en el sector petrolero, y en los años 90 lideró una serie de marchas masivas contra la privatización.

 

 

AP