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Obama reclama más rapidez en apreciación del yuan

El presidente de E.U., Barack Obama, insistió hoy en su reunión bilateral con el primer ministro chino, Wen Jiabao, que Pekín debe permitir "una revalorización más rápida y significativa" de su divisa en los próximos meses.

23 de septiembre de 2010

Naciones Unidas.- Ambos líderes se reunieron hoy al margen de la Asamblea General de la ONU, en un encuentro que comenzó con retraso y se prolongó cerca de dos horas, mucho más del tiempo inicialmente previsto.

Las cuestiones económicas dominaron el encuentro, según indicó el director para Asia del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jeff Bader, aunque también abordaron asuntos como el programa nuclear iraní, la situación de Sudán y las tensiones entre Pekín y Tokio tras el arresto de un marinero chino por Japón en aguas del Mar Amarillo.

Según Bader, Obama reclamó "una revalorización más rápida y significativa" en los próximos meses del yuan. China, reiteró el presidente, "debe hacer más que lo que ha hecho hasta el momento".

Según Obama, las diferencias entre Pekín y Washington acerca de la cotización de la divisa representan "el problema más importante del que debemos hablar hoy".

El Gobierno chino había afirmado el martes que las presiones para permitir una flexibilización de su moneda eran "miopes".

El Gobierno de E.U. reclama a Pekín que permita un aumento de la cotización del yuan, al considerar que en la actualidad se mantiene artificialmente bajo, lo que encarece las exportaciones estadounidenses hacia China y concede una ventaja injusta a los productos de la República Popular.

China mantiene un amplio superávit en las relaciones comerciales entre ambos países, que en junio se colocó en US$26.200 millones, el más alto en un mes desde octubre de 2008.

Pekín niega que el desequilibrio comercial guarde relación con la cotización de su moneda.

El Gobierno de Obama presentó ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) la semana pasada dos nuevas quejas sobre las prácticas comerciales chinas.

En sus declaraciones al comienzo de la reunión, Obama y Wen evitaron hoy mencionar públicamente asuntos candentes como la cotización del yuan o las tensiones entre Pekín y Tokio.

En esas breves declaraciones a la prensa, Obama alabó la cooperación con China en áreas como la lucha contra la crisis global, la no proliferación nuclear y el cambio climático.

En un eco del discurso que había pronunciado poco antes ante la Asamblea General, en el que aseguró que la economía mundial se había apartado del abismo de la recesión, Obama reiteró que "hemos estabilizado la economía mundial, que ha comenzado a crecer de nuevo".

El mandatario estadounidense expresó también su interés por encontrarse de nuevo con el presidente chino, Hu Jintao, y con el propio Wen en la cumbre del G20, las principales economías mundiales, que se celebrará en Seúl entre el 11 y el 12 de noviembre próximo.

Hu está invitado además a ir a Estados Unidos, en una visita de Estado cuya fecha aún no se ha anunciado.

Por su parte, el primer ministro chino, que escuchó rígidamente a Obama mientras el estadounidense hablaba, mencionó "diferencias que se pueden resolver mediante el diálogo" y aseguró que había acudido a la Asamblea General de la ONU en un "espíritu de cooperación".

Wen, como Obama, destacó la colaboración entre los dos países en áreas como "las finanzas, la economía y el comercio".

Ninguno de los dos líderes quiso responder a preguntas antes de proseguir con la reunión, a puerta cerrada.

Aunque el encuentro estuvo dominado por asuntos económicos, ambos abordaron -brevemente, según precisó Bader- la disputa de China y Japón en las islas Diaoyu, o Senkoku en japonés.

Obama indicó su deseo de que la disputa se resolviera pronto, y que sean ambos países quienes la solucionen de manera bilateral.

El presidente se encontraba en la curiosa posición de poder actuar como mediador, toda vez que hoy tiene previsto también, tras su encuentro con Wen, reunirse con el primer ministro japonés, Naoto Kan.

No obstante, Bader descartó que Estados Unidos quiera implicarse en la disputa como parte mediadora.

 

EFE