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Obama quiere mayor control sobre instituciones financieras

18 de marzo de 2009

WASHINGTON  — El presidente Barack Obama afirmó el miércoles que nadie en su gobierno creó los problemas que aquejan a la enorme firma aseguradora AIG, incluyendo los controversiales bonos abultados a sus ejecutivos, pero dijo que no transferirá a otros la responsabilidad de solucionar el problema.

En los jardines de la Casa Blanca poco antes de viajar a California, Obama defendió enérgicamente a su acosado secretario del tesoro Timothy Geithner. Algunos conjeturaron que el cargo del secretario peligraba por la manera en que manejó la situación creada por los millones de dólares en bonos que American International Group Inc. está dando a sus ejecutivos, aun recibiendo un cuantioso rescate financiero por parte del gobierno.

"Nunca ha habido un secretario del tesoro —quizás Alexander Hamilton, justo después de la Guerra Revolucionaria— que haya tenido que lidiar con los múltiples asuntos con los que el secretario Geithner está lidiado a la vez", dijo Obama, al lado de Geithner.

"Y lo está haciendo con inteligencia y diligencia. Nadie trabaja más duro que él", agregó. Y dijo que Geithner "está haciendo las mejores jugadas pese a las cartas que le tocaron".

El presidente censuró enérgicamente a AIG por sus prácticas comerciales que condujeron a la necesidad de una infusión de decenas de millones de dólares en dinero de los contribuyentes.

"No quiero aplacar la indignación. Creo que la gente tiene derecho a estar indignada. Yo lo estoy", afirmó. "Pero lo que quiero que hagamos es canalizar nuestra indignación de un modo constructivo".

Agregó que junto con su equipo económico han iniciado discusiones con líderes del Congreso para apurar una legislación que cree otra entidad reguladora para gobernar la disolución de instituciones financieras gigantescas como AIG, que de ser liquidada de una vez podría ejercer un impacto desastroso en todo el sistema financiero.

Obama dijo que el Congreso debería aprobar leyes que permitan regular las instituciones financieras como AIG, de manera que su quiebra no "deje el fardo" a los contribuyentes.

Desde el jardín de la Casa Blanca, momentos antes de viajar a California, Obama calificó las bonificaciones para los directivos de AIG de "indignantes". Pero dijo que el problema es más profundo.

"Es igualmente indignante la cultura de la cual esas bonificaciones son un síntoma, que ha existido por demasiado tiempo: exceso de codicia, exceso de remuneración, exceso de temeridad", dijo el presidente.

"A medida que trabajamos para salir de la recesión, espero que Wall Street y el mercado no piensen que podemos volver a hacer las cosas como se hacían hasta ahora".

"La responsabilidad es exclusivamente mía", dijo Obama a la prensa.


(AP)