Home

Noticias

Artículo

Minagricultura aprueba programa de la UN por $1.800 millones para investigación

El programa aprobado por el Ministerio está compuesto por tres proyectos que integrarán los laboratorios del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos, Icta, de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia, y del Departamento de Biología de la UN, en un trabajo interdisciplinario sin precedentes en la Universidad.

11 de enero de 2008

Bogotá.- Con $1.800 millones aprobados por el Ministerio de Agricultura para la investigación de la denominación de origen de los productos apícolas de Boyacá, Cundinamarca, Magdalena y Santander, la Universidad Nacional de Colombia empezó con pie derecho el 2008.

La profesora Martha Quicazán, directora del Icta, destacó que “la UN tiene unos recursos grandísimos, que si se integran se aumenta la capacidad para impactar en el país. Cada uno de nosotros solos hacía las cosas, pero eso no tenía tanto compromiso ni impacto. Ahora la responsabilidad es muy grande, el compromiso con la comunidad es importante”.

La adjudicación de los dineros por parte del Ministerio respondió a una convocatoria pública que se realizó en el segundo semestre del 2007 y que incluyó la cadena productiva apícola del país. El programa presentado por la UN pone a su disposición el recurso humano, los recursos físicos, las instalaciones y los conocimientos, que sumandos representan una inversión casi igual a la del Ministerio, convirtiendo esta iniciativa en un megraproyecto.

Los proyectos que componen este programa son: Análisis fisicoquímico de las mieles, propóleos y polen; Análisis microbiológico de mieles, propóleos y polen; y Análisis palinológico de mieles, propóleos y polen. La integración de estos estudios permitirá obtener la composición y el origen botánico de estos productos, para alcanzar la importante denominación de origen.

La denominación de origen es el valor agregado de un producto, que le permite al consumidor saber de dónde proviene y cuáles son las condiciones naturales de su procedencia, permitiéndole conocer las cualidades biológicas, botánicas y fisicoquímicas de dicho producto. La certificación la solicita cada productor a la Superintendencia de Industria y Comercio, o a otras entidades competentes, teniendo como base la investigación realizada.

Guiomar Nates Parra, profesora del Departamento de Biología, explicó que “estos productos (miel, polen y propóleo) se van a mirar para abejas Apis mellífera y especies nativas de cada departamento, sin aguijón. Vamos a mirar la miel de esas abejas, porque parece que tiene propiedades medicinales muy importantes”.

Por su parte Judith Figueroa, profesora de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia, añadió que “los apicultores trabajan con una especia a la que llaman angelitas y de ellas obtienen pocas cantidades, porque son muy pequeñas, pero al parecer esta miel en la medicina popular es supremamente especial y es utilizada para curar muchas afecciones. Con los estudios que hagamos identificaremos todas esas propiedades que le dan valor agregado a estos productos”.

La profesora Quizacán afirmó que “en este programa se tuvo en cuenta la experiencia de otros países y la riqueza de flora que hay en Colombia, el gran potencial y conocimiento que tiene la gente, para darle el valor agregado a los productos, porque hay algunos productos que tienen características antimicrobianas para ciertas enfermedades. Hay productos que son de zonas que se podría decir que son orgánicos, en un ambiente muy natural, libre de intervención agrícola”.

De igual manera, dentro de estos cuatro años de ejecución, estudiantes de pregrado y posgrado tendrán la oportunidad de vincularse al programa en las distintas áreas, para lograr capacitarse y, por qué no, encontrar una alternativa para sus trabajos de grado.

Se espera que con el trajo interdisciplinario desarrollado por estos tres laboratorios de la UN, los apicultores puedan encontrar una mayor valoración de la miel, el polen y el propóleo colombianos, tanto en el interior del país como en el exterior.