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Mayor refinería de Venezuela en plena operación

La mayor refinería de Venezuela estará completamente operativa en una semana, dijo el responsable de la planta paralizada por una explosión y posterior incendio, accidente considerado el más severo en la industria petrolera local.

6 de septiembre de 2012

Puerto la Cruz, Venezuela. El accidente de Amuay, que tiene una capacidad de 645.000 barriles por día (bpd), dejó 48 muertos, decenas de heridos, varios desaparecidos y más de 1.600 viviendas dañadas.

Jesús Luongo, gerente del Centro de Refinación Paraguaná (CRP), que agrupa a Amuay y la vecina Cardón en la costa occidental de Venezuela, precisó que en los próximos días está previsto el reinicio de las unidades de conversión profunda que permiten producir derivados terminados de alto valor agregado.

"En una semana debe estar completamente reiniciada", dijo Luongo a periodistas en el marco de una conferencia petrolera en Puerto La Cruz, ciudad oriental de Venezuela.

La refinería estuvo prácticamente paralizada durante seis días después de la explosión y, tras reactivar sus unidades de destilación la semana pasada, está procesando en la actualidad unos 260.000 bpd.

El suceso, el más grave en la industria global en los últimos 15 años, fue uno de los factores que impulsó los precios internacionales de la gasolina, lo que mantiene la mirada del mercado energético en la reactivación de la cuarta mayor refinería del mundo.

El CRP, con capacidad de 955.000 bpd, es uno de los puntos clave de exportación de derivados hacia el mercado estadounidense y también sirve para abastecer la demanda del occidente y la capital venezolanos.

El flexicoquer y el craqueador catalítico son dos de las unidades clave que restan por reiniciar, tras comenzar el viernes el protocolo de arranque seguro de las plantas de proceso de la instalación, lo que pudo hacerse con celeridad debido a que los servicios industriales no fueron detenidos y el fuego ocurrió lejos de las unidades de proceso.

"El flexicoquer está en proceso de arranque, debemos meter carga en dos días", aseguró el directivo, quien estuvo al frente de las operaciones de extinción del voraz incendio que consumió nueve tanques de combustible y se prolongó durante 83 horas.

Luongo agregó que unas 10 esferas de olefinas y líquidos de gas natural, donde se produjo la fuga que propició la detonación, no están operando en este momento, pero la auditoría inicial reveló que no sufrieron grandes daños por lo que no requieren ser reemplazadas.

EXPANSIÓN Y SEGURIDAD

Los críticos del Gobierno del presidente Hugo Chávez acusaron a PDVSA de falta de mantenimiento en las instalaciones e impericia tras despedir a la mitad de su plantilla por secundar un paro petrolero que puso en jaque la economía del país entre 2002 y 2003 buscando forzar la salida del mandatario.

Sin embargo, el presidente de la estatal y ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, ha descartado que la causa del accidente fuera por una falla humana o por demorar los trabajos de mantenimiento en las plantas.

"Ningún sistema de refinación en el mundo es infalible. No hubo negligencia, falta de cumplimiento de los estándares o mantenimiento (en Amuay). Son los accidentes que han ocurrido en el mundo los que han permitido cambiar los estándares", aseguró Luongo, quien lleva casi una década al frente del CRP.

El funcionario dijo que trabajan en la expansión del perímetro de seguridad que rodea al CRP, así como al resto de las refinerías venezolanas que están circundadas por cordones de viviendas.

Venezuela proyecta invertir un total de 34.500 millones de dólares hasta 2018 para modernizar y expandir su circuito nacional de refinación, con lo que espera sumar unos 800.000 bpd a la capacidad de procesamiento actual de 1,3 millones de bpd.

PDVSA ha vendido en los últimos años buena parte de su red externa de refinación, lo que la hace más dependiente de las cinco plantas locales mientras culmina los ambiciosos planes de construcción de nuevas instalaciones en países como Brasil, China, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Siria y Vietnam.

En el CRP, uno de los centros refinadores con mayor índice de siniestralidad del circuito venezolano, se destinarán 4.000 millones de dólares para incrementar la operatividad y mejorar la calidad de los productos.

"La refinación es un mal necesario(...) es un negocio complejo, caro y marginal. El refinador no se ve remunerado en las inversiones que tiene que hacer y por eso a veces no se toman las decisiones económicas. Se hacen grandes inversiones para ganar 3 dólares por barril", dijo el funcionario.

Reuters