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Lula promueve el etanol en Holanda

10 de abril de 2008

La Haya, Holanda.- El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva negó que el etanol haya propiciado el alza en el precio de los alimentos y agregó que muchos países pobres podrían beneficiarse con la industria de biocombustibles.

El mandatario sudamericano se pronunció después de reunirse con el primer ministro Jan Peter Balkenende al iniciar una visita oficial de dos días en la que espera obtener inversión local para la industria de biocombustibles en Brasil.

Los ministros de ambos países tenían previsto firmar el viernes un acuerdo para incrementar la cooperación de biocombustibles entre ambos países.

Si bien los biocombustibles producidos de plantas como la caña de azúcar son promovidos como una alternativa ambientalmente sana, también se han visto duramente criticados por sus efectos adversos sobre otros cultivos de alimentos que no son tan rentables.

También hay temores por los daños que la producción de etanol pueda estar ocasionarle en el futuro a la selva brasileña, una de las más densas y ricas del mundo, ya que se teme que habrá mucha presión por incrementar el área cultivable.

La Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas indicó que el precio de los alimentos a nivel mundial se incrementó en un 45 en los últimos nueve meses, y reveló la seriedad de desabastecimiento de arroz, trigo y maíz. El director de la entidad, Jacques Diouf, dijo en India el miércoles que la demanda por los biocombustibles era una de las causa de esta alza.

La producción de Etanol "puede ser la esperanza de un modelo de desarrollo para muchos países, particularmente en Africa, América Latina y Asia", dijo Silva a los reporteros.

"Miren Haiti en la actualidad. Podemos ver cuántos beneficios podemos llevar a Haití si países ricos y emergentes como Brasil pueden forjar acuerdos para invertir en países del tercer mundo y producir (biocombustibles) allí", dijo.

Brasil, que dice ser el principal productor de etanol de caña de azúcar, quiere que se incluya este producto en un plan de la Unión Europea y Estados Unidos, dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio, de recorte de impuestos de productos importados que favorecen al medio ambiente, como es el caso de paneles solares o turbinas de viento.

Para Brasil, que obtendría enormes ganancias si hubiese una liberalización del etanol, la aceptación de ese producto como una alternativa al combustible tradicional es una prioridad.

Mientras que el negocio del etanol ha crecido considerablemente en medio de precios elevadísimos del crudo y la preocupación por el calentamiento global, Brasil indica Estados Unidos y la UE están frenando esa avanzada mediante la imposición de tarifas. Y señala que productos como la gasolina no tienen tarifas.

Silva dijo que los precios de los alimentos están creciendo más gracias a que los pobres del mundo están ganando lo suficiente para comprar más y mejor comida, y porque la gente está viviendo más.

"No hay relación con los biocombustibles", dijo.

Empero, Balkenende señaló que la demanda está influyendo en la inflación.

Pidió el desarrollo de una estrategia energética internacional para garantizar que el mundo pueda cumplir con una creciente demanda de mercados florecientes como China e India.

"Debemos hablar de biocombustibles, debemos hablar de sostenimiento y debemos hablar de renovables", dijo.

A principios de año, el canciller brasileño Celso Amorim también indicó que no había competencia entre los alimentos y el etanol.

La caña de azúcar utilizada en el etanol representa menos del 1% del territorio brasileño y 3% de su tierra cultivable, dijo Amorim a la AP. "Así que no hay problema".

 

 

 

AP