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Lula y Alckim encaran 28 días de guerra electoral

Con la sorpresa del resultado del domingo --cuando a pesar del favoritismo señalado por meses en las encuestas Lula no consiguió el 50% más uno de los votos válidos para alzarse con el triunfo-- los partidos comenzaron el mismo domingo en la noche a articular su "plan B", o la estrategia para sellar la victoria.

2 de octubre de 2006

Brasilia.- La "guerra electoral" apenas comenzó y los candidatos, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva y el socialdemócrata Geraldo Alckmin, tienen 28 días para amarrar las alianzas políticas que definan la victoria en una segunda vuelta para elegir al nuevo Presidente de Brasil el 29 de octubre.

La primera parte de ese plan es buscar apoyos, dijo el senador Tasso Jereissati, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que junto a sus aliados del derechista Partido del Frente Liberal (PFL) confía en la elección de su candidato Alckmin.

Jereissati, citado en un comunicado en el sitio de internet del PSDB, dijo que buscará los apoyos de la senadora izquierdista Heloisa Helena y del senador conservador Cristovam Buarque, ambos derrotados el domingo en sus aspiraciones presidenciales.

"Los buscaré a los dos personalmente", dijo el presidente del PSDB.

Sin embargo, la combativa senadora ya ha dicho que su Partido Socialismo y Libertad (PSOL) no respaldará oficialmente ni Lula ni a Alckmin y que dejará en libertad a sus militantes para escoger.

Buarque, que como Heloisa Helena salieron del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, ha dicho que ese apoyo a uno u otro aspirante será definido por su Partido Democrático Trabalhista (PDT), pero no ha indicado una fecha probable de anuncio o cuál seria la tendencia, si a manifestarse a favor de Alckmin o del Presidente.

En el Partido de los Trabajadores parecen no salir de la resaca y desde el domingo, tras sufragar en una escuela en Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, Lula regresó a Brasilia y desde entonces ni ha formulado declaraciones ni ha sido visto en público.

Sólo algunos de sus ministros y miembro de comando de campaña han dicho que confían en una victoria y que Lula asistirá a todos los debates con Alckmin promovidos por canales de televisión.

Aparte de las alianzas, analistas consultados telefónicamente anticiparon una campaña de segundo turno dura y sin cuartel por parte de los partidos.

"No tengo dudas, habrá mayor dureza. No hay razones para pensar que será un paseo", dijo Carlos Lopes, analista político de la firma consultora Santafe Ideias.

Y sobre el resultado de las urnas el día 29 "creo que está abierta. Lula puede ganar, sí, pero Alckmin también".

Los aspirantes pueden intentar ataques a sus respectivas gestiones administrativas, éxitos y errores --la de Lula en la presidencia y la de Alckmin al frente de la gobernación de Sao Paulo--, pero se espera que el plato fuerte sea los escándalos de corrupción, los que han estremecido al gobierno del mandatario y Lula contraataque "intentando rescatar los fantasmas del pasado" de las gobiernos socialdemócratas, indicó por su parte Fernando Abrucio, de la Fundación Getulio Vargas, principal instituto de análisis económico de Brasil.

"Hay probabilidades claras de cualquiera de los dos ganar" en la segunda vuelta, dijo por su parte Octaciano Nogueira, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Brasilia. "Yo voto desde 1950, con excepción de la dictadura (1964-1985), y nunca vi una sorpresa tan grande en Brasil, inesperada e imprevisible", agregó en entrevista telefónica.

Sin embargo, Nogueira expresó sus dudas que Lula o Alckmin partan a los ataques personales, porque dijo no son del estilo de ninguno de los dos, pero además podrían generar un rechazo en el electorado. Si hay alguna virulencia, aseguró, provendrá de los dirigentes de los partidos y coordinadores de la campaña y de la misma propaganda.

 
Fuente: AP