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Lluvias también afectan patrimonio cultural

Como efecto de las lluvias y algunos agentes contaminantes que se condensan en la atmósfera, piezas patrimoniales pueden sufrir daños estructurales.

25 de mayo de 2011

Bogotá - Los edificios antiguos y las esculturas que permanecen a la intemperie son los principales agentes patrimoniales que se afectan por las fuertes lluvias que azotan al país, ya que la infiltración del agua en los materiales y los fuertes cambios de temperatura modifican sus características.

El docente Ali Duran Öcal, del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional, explica que las condiciones atmosféricas constituyen un factor de riesgo para las piezas patrimoniales como esculturas, edificaciones y viviendas, entre otras. “Como se conoce, la mayoría de las piezas patrimoniales están constituidas por piedra y madera, que con la lluvia y la infiltración del agua generan cambios en las condiciones minerales de estos materiales”.

Entre los materiales más susceptibles se encuentran las rocas sedimentarias, como la arenisca y el yeso, y materiales blandos como la madera, utilizados para la fabricación de esculturas y edificaciones, respectivamente. “Estos materiales, que no son tan fuertes, empiezan a sufrir daños como desmoronamiento, oscurecimiento y pérdida de solidez, principalmente”, destaca el científico.

Por eso, el arqueólogo, que ha realizado el análisis de los daños patrimoniales en Turquía, Alemania, Italia y Colombia, advierte la necesidad de proteger las piezas patrimoniales, sobre todo durante las temporadas de lluvias. “Es necesario hacer mantenimiento periódico en las edificaciones, mínimo cada año, el cual consiste en la limpieza de las superficies con vapor y presión de agua, además de la aplicación de consolidantes que aíslan la humedad y protegen las superficies de los cambios de temperatura y elementos corrosivos como el ácido que se concentra por el humo de los vehículos”, explica el docente.

Entre las zonas del país estudiadas por Öcal, se destaca el deterioro patrimonial de zonas tradicionales del país, como el barrio La Candelaria de Bogotá, Villa de Leyva, Nemocón y Zipaquirá.