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Latinoamérica pide un mayor papel de la cultura en la agenda de desarrollo

Trece ministros y representantes de carteras de cultura de Latinoamérica se reunieron hoy en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para reivindicar un papel más destacado de la cultura en la agenda del desarrollo del continente.

28 de septiembre de 2010

Washington.- Los titulares de cultura de Uruguay, Colombia, Perú, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana, Haití, Jamaica, Bahamas, Barbados y Trinidad y Tobago, además de representantes de los ministerios de Argentina y México, reflexionaron sobre cómo hacer de la cultura una herramienta más en el desarrollo económico de sus países.

El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, subrayó que "el progreso sin identidad es un canto de sirena", por lo que es importante valorar la función de la cultura en la creación de "un sentido de identidad y pertenencia" dentro de cada pueblo.

"En 2009, nuestros países exportaron cerca de US$750 millones en servicios culturales", dijo Moreno, que añadió que esa industria está liderada por México, Argentina, Brasil, Colombia y República Dominicana.

Para ilustrar la necesidad de dejar de tomar la cultura "como una herramienta ornamental" en las administraciones, Moreno recurrió a las palabras de su compatriota, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, en su novela "Cien años de soledad".

"Los habitantes del Macondo de Gabriel utilizaron la cultura para combatir el olvido que invadía su pueblo. Escribían los nombres de las cosas, de los animales de la granja, para no olvidar nunca lo que componía su mundo", recordó.

La realidad de la aldea creada por Márquez no se aleja demasiado de la de Latinoamérica que siente que "ha llegado el momento en que nuestros países respalden más fuertemente y de forma sostenida las inversiones en cultura", señaló Moreno.

En este sentido, la directora nacional de Política Cultural de la Secretaría de Cultura Argentina, Mónica Guariglio, que habló en nombre del secretario Jorge Edmundo Coscia, aseguró que es hora de que la cultura deje de verse "como un gasto, en lugar de como una inversión".

Guariglio subrayó que la cultura ocupa una proporción cada vez más significativa en el producto interior bruto (PIB) de los países del hemisferio, y señaló que en Argentina ha pasado de representar el 2,35% del total en 2004 al 3,5% en 2009.

Ese crecimiento, aseguró, no encaja con el presupuesto que se otorga a los ministerios latinoamericanos de cultura en comparación con los de otras carteras, algo que sólo puede atajarse si se construyen "indicadores que tornen reales nuestras cifras de producción".

El problema, según el recién nombrado ministro de Cultura de Perú, Juan Ossio Acuña, es la dificultad de homogeneizar los índices que miden las industrias culturales en el continente, y la existencia de áreas que no se contabilizan y que suponen una aportación importante, como es el caso de la gastronomía en su país.

Para Guariglio, la respuesta está en "asociar la gestión cultural con la de otras secretarías" de cada Ejecutivo, y seguir demostrando el impacto positivo de la cultura "en la calidad de vida y los índices de inclusión social".

Por su parte, Moreno destacó, como ejemplos de la labor del BID en la promoción de la cultura, la reciente rehabilitación del centro histórico de Quito (Ecuador) y la creación de un sistema municipal de orquestas juveniles en Venezuela.

 

EFE