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Latinoamérica se moderniza

Proyectos ambiciosos que pueden ofrecer a los ciudadanos mejor calidad de vida utilizando soluciones tecnológicas en temas tan diversos y complejos como seguridad, movilidad urbana, identificación o fortalecimiento de los procesos democráticos, se han convertido en los últimos años en una preocupación permanente de los gobiernos de habla hispana.

7 de enero de 2011

Bogotá.- Los ejemplos son varios. En Argentina, el nuevo documento de identificación DNI incorpora sofisticadas medidas de seguridad acordes con los máximos estándares internacionales, gracias a la utilización de tecnologías de punta a la hora de su producción.

El documento cuenta con datos biográficos y huellas en bases de datos digitalizados, con procesos de verificación dactiloscópica mediante modernas herramientas, al igual que la utilización de un papel especial de tintas e impresión de seguridad, numeración láser de tipo cónica, firma digital o de cubiertas holográficas y dos dimensiones que contienen los datos biográficos y biométricos. Todos estos elementos unidos permiten que se pueda certificar la identidad de un ciudadano sin duda alguna. Pudiéramos decir que el nuevo DNI de los argentinos tiene formato, impresión y medidas de seguridad similares a las del pasaporte.

Para el Gobierno Nacional emprender este proyecto ambicioso requirió mucho esfuerzo pero valió la pena, pues el anterior DNI confeccionado de manera manual desde 1968, era obsoleto. El de ahora es más seguro, práctico, rápido de obtener y se puede entregar en el domicilio de quien lo solicita.

Dos iniciativas exitosas


México es otro caso especial. Con el uso de tecnologías avanzadas, el gobierno logró modernizar el Registro Civil y crear Centros de Comando y Control para ofrecer mayor seguridad a los ciudadanos.

La modernización del registro civil tuvo como objetivo sistematizar los procesos en materia de registro de la identidad y estado civil de las personas, ofreciéndole a la sociedad información “confiable, ágil, homogénea y oportuna”. La tecnología permitió además fortalecer el vínculo de trabajo entre los gobiernos estatales y el gobierno federal.

México tiene una población estimada de 110 millones de habitantes, lo que lo hace el segundo país más poblado de América Latina luego de Brasil. La ley mexicana exige que todos los ciudadanos estén registrados. El registro autoriza actos y hechos relativos al estado civil de las personas (registros de nacimiento, matrimonio, defunción, divorcios, adopciones y actos del estado civil de los mexicanos en el extranjero).

Como parte del proyecto, la Secretaría de Gobernación de México (SEGOB) adquirió 2000 unidades de PARkit –tecnología creada por Smartmatic, proveedor de soluciones de seguridad ciudadana-, con las que se pueden registrar las huellas digitales, el iris, los rasgos faciales y las imágenes de las firmas de los ciudadanos mexicanos.

El programa de modernización ha permitido, entre otros muchos logros, realizar la captura histórica y la digitalización de 26.7 millones de actas del estado civil de las personas, de un total aproximado de 27 millones; interconectar 51 Juzgados del Registro Civil del Distrito Federal; implementar la firma electrónica y ológrafa en copias certificadas; crear una ventanilla virtual para la solicitud de copias certificadas, que después son enviadas al domicilio de quienes las solicitan, a través de mensajería e implementar un código de barras para validación de estas copias certificadas vía Internet, entre otras.

En el área de seguridad ciudadana, Ciudad de México es modelo con sus Centros de Comando y Control que ya suman cinco mil cámaras instaladas –de las ocho mil cámaras de video vigilancia que se entregarán a la ciudad- y que la convierten en una de las más vigiladas del mundo.

Con tecnología de última generación y una inversión de más de 450 millones de dólares, estos centros hacen más efectiva la tarea de supervisión y aumentan la capacidad de reacción de los organismos de seguridad. Según los funcionarios del gobierno, la utilización de cámaras permite triplicar “de un solo golpe” el número de policías, convirtiendo las calles en espacios más amables para habitantes y turistas.

Para complementar este trabajo, el Gobierno ha anunciado que a partir de enero se ubicarán 1500 cámaras de video vigilancia y seguridad en los 50 trenes que transitan por las líneas 1, 2 y 3 del Metro; medida que podría reducir entre un 20 y un 30 por ciento la incidencia delictiva. La inversión superará los 20 millones de dólares.

Seguridad regional


En Chile existe una iniciativa similar a la mexicana. Gracias a un proyecto financiado por el Gobierno Regional, se planea adquirir, instalar y conectar 313 cámaras de video IP tipo DOMO, para las 24 comunas de la Región Metropolitana y 14 salas de monitoreo, con un costo cercano a los 1.578 millones de pesos chilenos.

El proyecto espera ofrecer una herramienta efectiva para controlar y prevenir los delitos en la región, pero también busca tener a la mano un elemento probatorio para la persecución penal, como lo han declarado los líderes de la iniciativa. Lo interesante de este proyecto es que cerca del 90% de las nuevas cámaras serán instaladas en zonas donde no existía este sistema, ya que en Chile, la idea de utilizar tecnologías de video vigilancia urbana empezó en el 2006 cuando el Consejo Regional Metropolitano (CORE), a través de su Comisión de Seguridad, decidió adelantar un proyecto integral que abarcara una mayor cantidad de comunas, incluyendo las provincias rurales.

Procesos democráticos con tecnología


Venezuela ha logrado sobresalir en el uso de tecnologías para desarrollar procesos democráticos. En las pasadas elecciones parlamentarias realizadas el 26 de septiembre-, el sistema de votación auditable de Smartmatic permitió que 11,8 millones de personas (de un total de 17.575.975 habilitadas) ejercieran su derecho al voto sin contratiempos en los 12.562 centros electorales habilitados, donde fueron instaladas 36.563 máquinas de voto electrónico.

Para lograr el éxito del proyecto, el Consejo Nacional Electoral (CNE), los partidos políticos y las organizaciones no gubernamentales tuvieron acceso a la plataforma y la auditaron antes del evento electoral con la finalidad de otorgarle máxima credibilidad al proceso electoral. Y es que si algo marca la diferencia entre el voto electrónico frente al tradicional, es la posibilidad de verificar sin mayores retrasos los resultados en las mesas. Con este sistema es viable cotejar los comprobantes del voto emitidos por la máquina con los resultados totalizados e impresos por el mismo equipo. Resultados que luego son transmitidos a los centros de totalización de manera encriptada y con múltiples niveles de seguridad.

Estos son algunos ejemplos de cómo varios países de América Latina se ponen a tono con lo que ocurre en materia tecnológica en el mundo, con el objetivo de ser más eficientes y procurar la mejora sustancial de la calidad de vida de los ciudadanos en trámites, procesos o simplemente, en su vida diaria.