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La guerra demuestra que Putin es el que gobierna en Rusia

15 de agosto de 2008

MOSCU _ Cuando estalló la guerra en Georgia, fue el primer ministro Vladimir Putin y no el nuevo presidente de Rusia quien expresó la actitud belicosa del país.

El conflicto ha confirmado lo que era cada vez más obvio en las últimas semanas: Putin es el que gobierna en Rusia.

El presidente Dmitry Medvedev ha sido la voz del Kremlin en los últimos días, pero fue Putin quien marcó la pauta desde el principio. Y cuando Medvedev formuló inesperadamente una cruda advertencia, pareció imitar el lenguaje de su poderoso mentor.

Cuando Georgia envió sus fuerzas a su provincia secesionista de Osetia del Sur, Putin fue el primero que habló al país por televisión. Y fue además el primero que conferenció con los dirigentes mundiales, incluyendo el presidente estadounidense George W. Bush, a la sazón en Beijing para la inauguración de las olimpiadas.

Putin prometió una contundente respuesta rusa, que no tardó mucho en llegar. Rusia despachó centenares de tanques y sus bombarderos a Georgia.

A su regreso de China la semana pasada, Putin hizo una escala en el sur de Rusia para dialogar con los habitantes de Osetia del Sur que habían huido de la lucha. Las tomas de televisión lo mostraron repetidamente cuando descendía del avión, indicio obvio de que se hacía cargo de la situación.

El presidente georgiano Mijaíl Saakashvili no tuvo la menor duda de quién instigó el ataque ruso. En una conferencia telefónica que mantuvo el miércoles con diversos corresponsales de la prensa extranjera, dijo que intentó ponerse en contacto con el "presidente Putin, o el primer ministro Putin", pero sin conseguirlo.

Incluso sus detractores rusos quedaron impresionados con su actuación los primeros días del conflicto. "Por primera vez en mi vida, quedé anonadado con la maestría con la que Putin logró retener el poder", dijo la comentarista política Yulia Latynina en la página de internet Yezhednevny Zhurnal.

En contraste, Medvedev presidió el fin de semana una reunión de su Consejo de Seguridad y emitió una declaración digna del profesor de derecho que fue: "Según la constitución y el derecho federal, yo, como presidente de Rusia, estoy obligado a proteger la vida y la dignidad de los ciudadanos rusos sin importar dónde se encuentren. No permitiremos que queden impunes las muertes de nuestros compatriotas".

Rusia dio pasaportes a los residentes de Osetia del Sur, escindida de Georgia a principios de la pasada década.

Para el martes, los propagandistas del Kremlin comprendieron que Medvedev, como comandante en jefe, tenía que adoptar un papel más visible. Y como presidente, era el que debía entrevistarse con el presidente francés Nicolas Sarkozy, en Moscú en una misión de paz patrocinada por la Unión Europea.

Empero, su conferencia de prensa conjunta fue retrasada, y corrió el rumor entre los reporteros del Kremlin que ambos mandatarios aguardaban la llegada de Putin. Como confirmación, la caravana motorizada del primer ministro fue vista cruzando a toda velocidad las avenidas de Moscú con dirección al Kremlin.

Ello creó la impresión de que Putin no puede confiar plenamente en Medvedev, o que Medvedev necesita ayuda, opinó Masha Lipman, analista del Centro Carnegie en Moscú. "En cualquier caso, creo que esto es un indicio indirecto de quién es más importante en esta pareja de gobernantes", agregó.