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La crisis de alimentos, la falta de energía y agua intensificarán una hambruna silenciosa, dice el Banco Mundial.

3 de septiembre de 2008

CANBERRA - No parece haber un final cercano a la escasez mundial de alimentos, y las múltiples crisis del cambio climático y de la falta de energía y de agua intensificarán pronto lo que ya es una hambruna silenciosa, dijo el miércoles el Banco Mundial.

"Puede haber una leve bajada, pero vamos a ver un sostenido aumento en los precios de la comida en un futuro," dijo Katherine Sierra, vicepresidenta del banco en temas de Desarrollo Sostenible, en una entrevista a Reuters.

"Lo que estamos viendo ahora es un tipo de hambruna silenciosa, con gente que ha tenido que reducir su consumo de comida de manera muy considerable, unos 100 millones de personas volviendo a la pobreza en Africa," agregó dijo Sierra en un aparte de una conferencia sobre agricultura y cambio climático en Australia.

Muchos países se enfrentan a más inestabilidad tras incidentes relacionados con los precios de la comida en 37 de ellos, y los precios internacionales del arroz crecieron de unos 400 a 1.000 dólares la tonelada. Productores como Camboya, Vietnam, India y China están recortando exportaciones para tener arroz en el país.

Los precios mundiales de los alimentos, según cifras de Naciones Unidas, crecieron un 35 por ciento anual a finales de enero, acelerando un cambio que comenzó en 2002. Desde entonces, los precios han subido un 65 por ciento. Los precios del trigo llegaron en marzo a un máximo de 454 dólares la tonelada, más del doble de entre mediados de 2007 y marzo pasado.

Sierra, en una conferencia, dijo que los gobiernos habían fallado en invertir apropiadamente en investigación agrícola y en elevar la producción de nuevos tipos de comida a tiempo de satisfacer la demanda.

MÁS DEMANDA

Con la población mundial creciendo a 9.000 millones para el 2050, la demanda de comida se estima que crecerá un 110 por ciento en ese periodo. Al mismo tiempo, el calentamiento global está reduciendo el suministro de agua para regar los cultivos.

Mientras muchos europeos se oponen a los cultivos genéticamente modificados, Sierra dijo que muchos han demostrado ser prometedores para aliviar la escasez de comida cuando los cultivos estén afectados por el clima.

Australia, que pasa por su peor sequía en 117 años, se ha especializado en mejorar el rendimiento de las cosechas de cara al cambio climático y la escasez de agua, añadió Sierra.

El ministro de Agricultura de Australia, Tony Burke, dijo en la conferencia que los cultivos genéticamente modificados serían necesarios masivamente para paliar la escasez mundial de alimentos, diciendo que no había que culpar a los biocombustibles.

"No creo que debamos dar la espalda a ningún aspecto de la ciencia. Sería un error pensar que revertir las políticas de biocombustibles nos apartarán del desafío al que nos enfrentamos con la escasez mundial de alimentos," advirtió Burke.

Sierra indicó que la investigación debería centrarse en cultivos más duros, resistentes a la sequía, el calor y la salinidad, así como hacia las raíces, los tubérculos y legumbres como los guisantes, las lentejas y la soja, muchos de los cuales no necesitan fertilizantes industriales.

El potencial de comidas como las frutas tropicales o incluso las hierbas medicinales no ha sido explorado adecuadamente, añadió.

(Reuters)