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Gobierno saudí y fabricantes de BlackBerry llegan a un acuerdo

Arabia Saudí y la empresa fabricante del teléfono BlackBerry llegaron a un acuerdo para evitar la prohibición del servicio de mensajes del aparato, dijo el sábado un funcionario saudí.

7 de agosto de 2010

Riad -  Mediante el acuerdo se colocaría un servidor de BlackBerry en Arabia Saudí para que el gobierno pueda vigilar los mensajes, ya que las autoridades temen que pueda ser usado con fines delictivos, indicó el funcionario.

El acuerdo podría tener amplias consecuencias para otros países, entre ellos India y los Emiratos Arabes Unidos, que expresaron temores similares sobre cómo maneja la información la empresa fabricante del BlackBerry, la canadiense Research in Motion.

El funcionario regulador saudí, que habló a condición de no ser identificado por no estar autorizado a dialogar sobre el acuerdo con la prensa, indicó que se estaban haciendo pruebas para determinar cómo instalar un servidor de BlackBerry en el país.

El acuerdo plantea interrogantes sobre cómo afectará el acceso saudí a los mensajes enviados con un BlackBerry, aunque el funcionario no dio más detalles. Representantes de RIM no respondieron a mensajes en busca de confirmación.

La empresa emitió el martes una declaración en que negó que hubiese dado a ciertos gobiernos acceso a la información de BlackBerry.

RIM sostiene que su tecnología no le permite a ella ni a terceras personas leer correos electrónicos cifrados enviados por los usuarios corporativos de BlackBerry. La versión que usan los consumidores tiene un nivel de seguridad más bajo.

El ministro canadiense de Comercio Internacional Peter Van Loan confirmó el viernes a The Associated Press que funcionarios canadienses dialogan con la empresa y las autoridades saudíes para evitar la prohibición. RIM se ha negado a hablar de esas negociaciones.

El reino y otros países temen que el aparato sea una amenaza para la seguridad, porque información cifrada enviada por esos teléfonos pasa por servidores en el extranjero, lo que hace imposible que los gobiernos locales la puedan controlar.

Empero, los detractores sostienen que Arabia Saudí y otros países están más interesados en restringir la libertad de expresión y aumentar sus ya rígidos controles sobre la moralidad pública que preocupados por el terrorismo