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Gobernador del Banco de Japón defiende política monetaria

El gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, se defendió el viernes de las críticas que sostienen que no está haciendo lo suficiente para reactivar la economía del país, al decir que la nueva meta sobre los precios es similar a la fijada por la Reserva Federal de Estados Unidos.

17 de febrero de 2012

TOKIO (Reuters) - En un anuncio sorpresivo, el banco central japonés anunció el martes un aumento de sus compras de activos y fijó una meta de inflación del 1 por ciento, prometiendo mantener la política monetaria ultraexpansiva hasta que se alcance ese nivel. "Si la política monetaria de la Fed fuera descrita como un sistema de metas de inflación, la medida del Banco de Japón es similar a la de la Fed," sostuvo Shirakawa en un discurso en el Club Nacional de la Prensa de Japón.

Si bien la decisión del banco fue un indicio de una inclinación hacia una política monetaria más agresiva para sacar a la economía japonesa de una persistente deflación, algunos legisladores e inversores consideraron que la meta es demasiado vaga frente a la meta explícita de la Fed. Shirakawa defendió la nueva meta, diciendo que no es muy diferente a la de la Fed o a otros compromisos de los bancos centrales del mundo.

La Fed fijó el mes pasado una meta de inflación del 2 por ciento y extendió su compromiso con tasas de interés cero al menos hasta 2014. Esos anuncios generaron presión sobre el Banco de Japón para que responda con un compromiso similar. Esta semana, la institución decidió mantener sus tipos bajos y seguir comprando activos hasta que la inflación llegue al 1 por ciento.

"Japón está avanzando hacia el fin de la deflación, pero aún hay un largo camino para que el país alcance el 1 por ciento de inflación buscado," dijo Shirakawa.

Japón está sumido en la deflación desde hace más de una década. Los precios subyacentes al consumidor cayeron un 0,3 por ciento el año pasado. Frente a esto, algunos académicos y legisladores argumentan que el banco central debería fijar una meta de inflación rígida y vincular su política monetaria estrictamente a esa meta, algo a lo que la entidad se ha resistido.

Shirakawa dijo que el banco evitó usar la expresión "meta de inflación" porque da la impresión que se vinculará la política monetaria automáticamente a una meta dada de precios. En cambio, explicó, la tendencia entre los bancos centrales del mundo es ofrecer una indicación numérica del nivel de precios deseable, pero no vincular la política monetaria a una meta de corto plazo y concentrarse más en tendencias de largo plazo y en la economía.