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Frenada reforma migratoria en Senado de EEUU

El proyecto de ley que otorgaría estatus legal a millones de indocumentados finalmente no fue aprobado el jueves por la noche en el Senado y despojó al presidente George W. Bush de la que sería su mejor oportunidad para imponer una de sus prioridades en política interior.

8 de junio de 2007

WASHINGTON  _ El senado estadounidense frenó en seco una reforma inmigratoria y por la falta de acuerdo podría quedar congelada al menos un año, hasta después de las elecciones presidenciales a finales de 2008.

El acuerdo bipartidista promovido por el presidente falló en una prueba crucial cuando no pudo lograr siquiera una mayoría simple en un intento de acelerar su aprobación.

La gran preocupación en torno a la problemática de la inmigración junto con presiones políticas en un año previo a las elecciones produjeron fuertes debates sobre el tema. Al final no hubo acuerdo alguno y la propuesta quedó sumida en la mayor incertidumbre.

Los partidarios de la medida obtuvieron apenas 45 votos a favor de su moción de acortar el debate y acelerar la aprobación final, 15 menos de los necesarios para una moción de procedimiento. Cincuenta senadores votaron en contra de cortar el debate.

La mayoría de los republicanos votaron para bloquear los intentos de la mayoría demócrata de aprobar el proyecto.

El titular del bloque demócrata, Harry Reid, quien no ocultaba su disgusto por ciertas cláusulas del proyecto, lo retiró rápidamente de la discusión y pasó a otros asuntos, con lo cual el futuro de la norma quedó sumido en la incertidumbre. Insistió que el proyecto no estaba muerto, pero la agenda del Senado está tan atestada que su futuro está en duda.

"Aunque estoy decepcionado, no veo la hora de aprobar este proyecto", dijo Reid.

El titular del bloque minoritario republicano, Mitch McConnell, dijo que los demócratas trataron de acelerar el proyecto.

"Creo que nos estamos dando por vencidos antes de tiempo", dijo McConnell.

El acuerdo forjado por una coalición bipartidista que habría legalizado la situación de millones de indocumentados no pasó el jueves una votación de prueba, y sus perspectivas son inciertas.

Sin embargo, la medida _ defendida por el presidente Bush y criticada tanto por la izquierda como la derecha _ recibió una segunda oportunidad cuando Reid anunció que le daría más tiempo antes de sacarla del calendario de sesiones para debatir otros proyectos de ley.

"Necesitamos completar este maratón", dijo Reid.

Su decisión es otro intento de llegar a un "gran acuerdo" entre izquierdistas y conservadores en la reforma de la ley de inmigración.

Por votación de 33-63, el Senado no alcanzó los 60 votos necesarios para limitar el debate sobre el proyecto de ley y someterlo a votación del pleno. Los republicanos _ incluso los que contribuyeron a su elaboración y podrían respaldarla _ se opusieron en bloque a la medida, mientras que una mayoría demócrata la respaldó.

Los republicanos desean garantías de que tendrán la oportunidad de incorporar al proyecto varias enmiendas respaldadas por los conservadores y que endurecerán las previsiones de la reforma.

Los partidarios del proyecto en ambos partidos se afanaban por superar otra derrota sufrida a primeras horas del jueves, cuando el Senado aprobó la derogación del programa de braceros temporales tras cinco años de permanencia en Estados Unidos.

AP