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FAO plantea alternativas de desarrollo de la Bioenergía

La producción mundial de biocombustibles por si sola se ha duplicado en los últimos 5 años y probablemente se vuelva a duplicar en los próximos cuatro.

13 de septiembre de 2007

Santiago de Chile_ La bioenergía se ha vuelto uno de los sectores más dinámicos y cambiantes de la economía energética mundial. Sin embargo, su desarrollo plantea algunos interrogantes. ¿Aumentará los precios de los alimentos e incrementará la inseguridad alimentaria?, ¿Creará más efectos medioambientales negativos que positivos?, ¿Podría exacerbar el impacto sobre el clima? Éstas son algunas de las preguntas a las que se dedica el documento "Bioenergía Sostenible: un marco para la toma de decisiones", del mecanismo ONU Energía.

¿Cómo será un enfoque sostenible para la bioenergía? En esta última publicación, ONU-Energía, mecanismo que incluye a todas las agencias y programas de Naciones Unidas y las organizaciones que trabajan en el área energética, apunta a temas de sostenibilidad económica, social y ecológica que han surgido debido al rápido desarrollo de la bioenergía, con el objetivo de proporcionar un marco de trabajo para los tomadores de decisión a nivel mundial.

Originalmente publicado en inglés, el título es presentado ahora también en castellano, traducido por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, con el objetivo de permitir el acceso a un mayor número de personas y organizaciones a las importantes consideraciones hechas por ONU-Energía.

Desafíos y oportunidades de una nueva energía
"El mundo ya empieza a renunciar al consumo del petróleo y, dentro de 15 o 20 años, el biocombustible podría cubrir la cuarta parte de la demanda global de energía", señala Alexander Muller, Subdirector General para el Departamento de Desarrollo Sostenible de la FAO, en el prefacio del documento.

La producción mundial de biocombustibles por si sola se ha duplicado en los últimos 5 años y probablemente se vuelva a duplicar en los próximos cuatro. El rápido desarrollo de la bioenergía en el mundo presenta claramente un amplio rango de oportunidades, pero también acarrea desventajas y riesgos. La experiencia en cuanto a sus impactos sociales, económicos y ambientales asociados es limitada.

La política agrícola, incluyendo la disponibilidad de tierra e infraestructura agrícola, crédito y la tenencia de tierras, determinará la escala y la distribución de los beneficios económicos. A nivel internacional, los esfuerzos para reducir los subsidios agrícolas en los países ricos y de permitir un libre comercio en los productos agrícolas básicos están vinculados de manera inextricable al desarrollo de biocombustibles líquidos de primera generación (etanol y biodiesel), que se ha vuelto el segmento de mayor crecimiento del mercado agrícola mundial.

En el estado en que se encuentra la producción de biocombustibles líquidos a nivel mundial, la producción de alimentos y la de biocombustibles son sustitutivas. Pero con modernos sistemas de bioenergía se podría incrementar la producción de alimentos a nivel local. El nivel de competitividad dependerá de diversos factores, incluyendo los precios de los combustibles fósiles, el rendimiento y los costos de los cultivos y el ritmo en que se desarrollen las tecnologías de biocombustibles de segunda generación hechos de material vegetal no comestible, es decir, de biomasa lignocelulósica.

Energía para los más pobres
El desarrollo de nuevas industrias de bioenergía podría proporcionar servicios de energía limpia a los más de 2.400 millones de personas que recurren a la biomasa tradicional para sus necesidades energéticas, y a los 1.600 millones sin acceso alguno a la electricidad. Al mismo tiempo estos pueden generar ingresos y crear empleos en las zonas más pobres del mundo.

Sin embargo, el rápido crecimiento en la producción de biocombustibles ha elevado los precios de la materia prima agrícola y podría tener efectos negativos a nivel económico y social, particularmente entre los pobres, que gastan una gran parte de sus ingresos en alimentos.

 

Así, se debe evaluar cuidadosamente los impactos económicos, sociales y medioambientales antes de decidir si se va a desarrollar la industria, cuán rápido se desarrollará, y qué tecnologías, políticas y estrategias de inversión se esperan.

 

El rápido crecimiento en la producción generará una demanda sustancial sobre los recursos de tierras y agua en el mundo, en un momento en que la demanda de productos alimentarios y forestales también está creciendo de manera acelerada. El crecimiento de los biocombustibles líquido ya ha comenzado a elevar los precios de los dos productos agrícolas básicos más importantes del mundo - el maíz y el azúcar.

A menos que se promulguen nuevas leyes para proteger a las tierras amenazadas, asegurar un uso socialmente aceptable de la tierra, y conducir el desarrollo de la bioenergía en una dirección sostenible globalmente, el daño social y ambiental podría, en algunos casos, superar los beneficios.