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Europeos no confían en alimentos genéticamente tratados

La industria biotecnológica continúa su intento por demostrar que sus productos no son dañinos.

10/2/06
1 de febrero de 2006

Pese a la ya reiterada posición escéptica de los consumidores europeos frente a los cultivos GMO (genéticamente tratados), que suelen llamar 'alimentos Frankenstein', la industria biotecnológica continúa su intento por demostrar que sus productos no son dañinos y asemejan a los alimentos no intervenidos.

El dictamen presentado por un panel de la Organización Mundial de Comercio (OMC) definió que varios países de la Unión Europea (UE), entre ellos Austria, Francia, Alemania, Grecia, Italia y Luxemburgo, violaron leyes de comercio internacional al imponer prohibiciones nacionales al comercio y el cultivo de algunos GMOs.

Frente a la decisión algunas de esas naciones expresaron su molestia e insistieron en que defenderán su derecho legal de no permitir los productos aprobados por la UE, que alega que esa es la voluntad de los consumidores. Según una ley de la UE esas prohibiciones deben justificarse científicamente.

Ya a mediados de 2005 los gobiernos de la UE descartaron los intentos de la Comisión Europea para ordenar a cinco países que levanten sus prohibiciones nacionales a los GMOs, la primera vez que el bloque logró un acuerdo en un asunto sobre biotecnología desde 1998.

Para la Comisión no existía una justificación para las vedas, al igual que la OMC en su dictamen sobre el caso presentado por Argentina, Canadá y EE.UU.. Además, afirmó que la dilación aplicada por la UE entre 1999 y el 2003 a los alimentos transgénicos violó leyes de comercio mundial.