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Europa redactará plan para abordar dilema energético

Las políticas, de una envergadura nunca vista antes, conllevan una simple advertencia: Altos y volátiles precios del petróleo, una demanda creciente, abastos poco confiables y el calentamiento global fuerzan a Europa a reconfigurar su suministro de energía antes que sea demasiado tarde.

12 de enero de 2007

Una contracción del sector energético que asfixia los suministros de combustible, atenúa las luces en hogares y lugares de trabajo y causa estragos en las economías occidentales podría dejar de ser problema del pasado para convertirse en un amenazante anticipo de futuro.

La crisis petrolera de la década de 1970 dio a los países occidentales un atisbo de lo que es la vida cuando carece de suministros suficientes para seguir funcionando. Preocupada de que pueda producirse una crisis mayor, la Comisión Europea presentó un "plan de ruta" para llevar a los 490 millones de habitantes del bloque en una dirección diferente.


Es la respuesta de Europa a uno de los problemas globales críticos del siglo XXI.

"Es el asunto más grande. Nos afecta a todos. Sólo intenta vivir sin energía durante algunos días", dijo Elena Nekhaev, directora de programas en el Consejo Mundial de Energía, organización no gubernamental con sede en Londres.

La Unión Europea, el segundo más grande consumidor de energía en el mundo después de Estados Unidos, es también el más grande importador y se abastece en el extranjero de un poco más de la mitad de la energía que necesita. Dentro de 20 años, a las tasas actuales de consumo, la UE podría depender de abastos extranjeros para el 70% de su energía, afirma la comisión. El plan de acción de la UE, redactado durante el último año, plantea una ruta distinta: menor consumo de energía, desarrollo de fuentes renovables de energía e investigación de otras alternativas, y formas de reducir las emisiones de carbono de combustibles actualmente en uso, particularmente el carbón.

Pero cambiar el curso no será fácil, según expertos.

"Lograr el cambio es como intentar que un gran buque cisterna dé vuelta", dice Johnn Loughhead, director ejecutivo del Centro de Investigación en Energía del Reino Unido en Londres. "El cambio requiere realmente un esfuerzo enorme. El gran debate es, quién va a pagar por él y, también, si la gente hará las modificaciones que se necesitarán para hacerlo", dijo.

¿Están listos los europeos para cambiar los hábitos de toda una vida? ¿Asumir el costo añadido de la investigación? ¿Abrir la puerta a un más amplio uso de la energía nuclear? ¿Entregar sus regiones bucólicas a las turbinas de viento y a los paneles solares?

Ero Heinaluoma, ministro de finanzas de Finlandia quien recientemente encabezó un grupo de expertos que informan sobre el sector energético, detecta un cambio en las actitudes de la gente. Dice que la alarma pública sobre un posible cambio climático aparejado con un alza en los precios del petróleo provocó una conmoción como la que hubo en la década de l970 y llegó al punto en que inspirará "una tercera revolución industrial".

"Realmente puedes sentir el cambio", dijo. "La gente realmente está preocupada".

Pero otros observadores temen que los gobiernos puedan rehusarse a aprobar cambios drásticos que podrían tener repercusiones en las urnas. El Consejo Europeo de Energía Renovable (EREC, por sus siglas en inglés), un grupo industrial con sede en Bruselas, dice que con dos únicas excepciones _Alemania y Dinamarca_ los demás miembros de la UE están alejándose de acuerdos obligatorios en la producción de energía renovable que son puntos centrales de la nueva política.

Las naciones de la UE generan sólo un 6% de su energía de fuentes renovables y casi toda proviene de fuentes hidráulicas de presas, según la Comisión Europea, que promueve se acuerde un objetivo del 15% antes del 2015. Cualquier titubeo político lesionará el desarrollo del sector de energía alternativa, dice el director de políticas de EREC, Oliver Schaefer.

"Los inversionistas necesitan un marco político estable", expresó.

La inversión privada es vital para que funcione el nuevo plan energético. Por sí solos es poco probable que los subsidios estatales satisfagan el reto de desarrollar fuentes de energía alternativa, expresan analistas, en tanto que los votantes se opondrían a los posibles incrementos tributarios. El equipo, instalación y mantenimiento de fuentes "intermitentes" de energía renovable, tales como la solar o eólica, de manera significativa todavía son más costosas que los combustibles tradicionales. La cuenta para turbinas de viento, las cuales en promedio giran entre el 20 y 30% del tiempo, asciende a aproximadamente 1.300 dólares por kilovatio de capacidad instalada. Las turbinas de gas cuestan menos de la mitad que eso, según el Consejo Mundial de Energía.

Las fuentes intermitentes también son poco confiables. Un día nublado sin viento deja ociosas las turbinas de viento y los paneles solares, razón por la que actualmente representan menos del 1% de la producción energética de Europa. Expandir su uso requiere reducir costos y un gran avance en ingeniería en materia de almacenamiento de energía.

Aun así, la energía eólica y solar está dando de qué hablar en la bolsa de valores mientras que los inversionistas arriesgan dinero en lo que anticipan será una importante expansión. El precio de lista de 450 millones de dólares en noviembre de la compañía francesa EDF Energies Nouvelles _con operaciones en nueve naciones europeas y en Estados Unidos_ en el mercado accionario Euronext se vio abrumado por un exceso de ventas anticipadas. Sus acciones subieron más de 16% en su primer día de operaciones y se han mantenido constantes.

General Electric Co. tiene el objetivo de duplicar sus ventas anuales de productos que protegen el medio ambiente a 20.000 millones antes del 2010, de los 10.000 millones del 2004. Michael Liebreich, director ejecutivo de la firma New Energy Finance, con sede en Londres, dice que el mercado de inversiones para compañías de energía "limpia" se benefició de un impulso este año después que el presidente George W. Bush alentó en su informe anual de gobierno las nuevas fuentes de energía.

La publicación en Gran Bretaña del informe Stern sobre calentamiento global, y la ratificación, por 165 países, del Protocolo de Kioto, el cual hace un llamado a agudos recortes en las emisiones de dióxido de carbono, dieron otro empujón. New Energy Finance pronostica que 70.900 millones de dólares se gastarán en todo el mundo este año para desarrollar energía renovable.

Existe un entendimiento ... de que una transformación de la arquitectura de la energía del mundo está en marcha", expresó Liebreich. "Los inversionistas financieros la ven como un sector donde invertir su dinero". Al público le inquietan las plantas nucleares, que suministran el 15% de la electricidad en Europa y el 80% en Francia.

Los científicos intentan superar los problemas de ingeniería que representan los reactores de fusión nuclear. Operando con litio y agua, producen menos desechos radioactivos que los reactores de fisión del tipo que explotó y se incendió en Chernobyl en 1986. Estados Unidos, la Unión Europea, China, India, Rusia, Japón y Corea del Sur acordaron en noviembre construir un reactor experimental de 13.300 millones de dólares en Cadarache, en el sur de Francia. Pero descifrar cómo hacerlo funcionar a una escala práctica tomará décadas de investigación.

Mientras tanto, la Comisión quiere que los europeos reduzcan su consumo energético: un 20% antes del 2020. Sin importar el camino que siga Europa, Nekhaev, del Consejo Mundial de Energía, dice que el calentamiento global es un problema mundial, no sólo europeo, así que también se debería proporcionar ayuda a países menos desarrollados para que puedan buscar sus propias alternativas de energía. "Todos estamos en el mismo barco y tenemos que asegurarnos que el barco no sea el Titanic", advirtió.

 

AP