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Estiman que Ronda Doha necesita mayores cortes de G-20

Brasil, que junto a naciones como Argentina, China e India, integran el G-20, dice que están dispuesto a reducir sus tarifas, pero tiene que haber primero una eliminación de los subsidios agrícolas.

29 de mayo de 2007

Brasilia_ La conclusión exitosa de la Ronda de Doha, de la Organización Mundial de Comercio (OMC), necesita de mayores reducciones de aranceles por parte de países en desarrollo, reunidos en el Grupo de los 20, tanto como rebajas de los subsidios que entrega Estados Unidos a sus agricultores, dijo el martes un alto funcionario europeo.

 

"Hasta ahora no hemos visto concesiones reales en el sector industrial y de servicios por parte de los países del G-20 o una reducción significativa de los subsidios agrícolas de Estados Unidos", dijo el embajador Joao Pacheco, representante de la Unión Europea (UE) en Brasil.

 

Sin embargo, destacó que los europeos miran con expectativa la venidera cumbre del Grupo de los 8 (G-8), la próxima semana en Alemania, para dar un impulso a la Ronda de Doha, llamada así por la capital de Qatar, donde se iniciaron las negociaciones en 2001.

 

"Tenemos la expectativa y un gran interés que esta reunión dé el impulso decisivo para finalizar la ronda", agregó Pacheco al hablar con periodistas en su oficina.

Si la Ronda no concluye ahora "será muy difícil terminarla antes que haya una nueva administración en Estados Unidos", aseguró.

 

Pacheco destacó que en el papel muchos países tienen tarifas de importación de hasta 35% para bienes industriales, pero que en la práctica muchos de esos aranceles son de 20%.

 

"¿Qué ganamos si ofrecen un corte tarifario a 22% cuando ya pagamos 20%?", dijo Pacheco.

 

Brasil, que junto a naciones como Argentina, China e India, integran el G-20, dice que están dispuesto a reducir sus tarifas, pero tiene que haber primero una eliminación de los subsidios agrícolas.

 

Las negociaciones de la Ronda están paralizadas desde julio del año pasado, cuando las partes, reunidas en Ginebra, no consiguieron solventar sus viejos impasses.

 

La suspensión obedeció a una intransigencia de las partes: ni se ofreció un mayor acceso a los mercados agrícolas de los países ricos --una demanda del G-20-- a cambio de una apertura de los sectores de bienes industriales y de servicios de las países en desarrollo.

 

Esa apertura en los servicios y la industria es la contrapartida exigida por el bloque de 27 naciones de la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros, para reducir los millonarios subsidios que dan anualmente a sus agricultores.