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Empieza a desvanecerse en EE.UU. el optimismo con Obama

Una encuesta de Associated Press-GfK revela que la nación no está bien encaminada durante los primeros meses de la presidencia de Barack Obama.

22 de julio de 2009

WASHINGTON — La esperanza y el optimismo que brotaron en todo Estados Unidos en los primeros meses de la presidencia de Barack Obama están dando paso a la dura realidad y la mayoría de los estadounidenses vuelve a pensar que la nación no está bien encaminada después de un período en que más pensaban que estaba en el camino correcto, reveló una encuesta de Associated Press-GfK.

Obama todavía cuenta con un sólido 55% de aprobación —mejor que Bill Clinton y aproximadamente igual que George W. Bush a seis meses del comienzo de sus presidencias— pero existen dudas crecientes de si podrá imponer algunos de los principales objetivos de su temario. También crece la impresión de que está tratando de abarcar demasiadas cosas demasiado pronto.

El número de personas que cree que Obama puede mejorar la economía ha bajado 19% después de la euforia que sucedió a su inauguración. Lo mismo en cuanto a la expectativa sobre la creación de empleos.

También ha bajado significativamente el porcentaje de encuestados que cree que Obama puede reducir el déficit, retirar los soldados estadounidenses de Irak y mejorar el respeto a Estados Unidos en el mundo, todos con baja de 15% .

En cuanto a la reforma del sistema de salud pública, el plan predilecto de Obama, las esperanzas de éxito han bajado 6%.

Si se suma todo esto, ¿significa acaso que Obama ha perdido su carisma? ¿O que su lema "sí, se puede" se ha transmutado en un "quizás"?

"Pienso que es sólo la realidad", dijo Sandy Smith, especialista en relaciones públicas en Los Angeles. "No es Superhombre, ¿no es así?"

Por cierto, no es inusual que las tasas de aprobación bajen después que los presidentes se abocan a sus tareas. Caen por la compleja situación del mundo real, por gente que no está de acuerdo con la manera en que encaran los problemas, por las críticas de los adversarios políticos.

En el caso de Obama, los problemas que enfrenta a nivel nacional e internacional son enormes y su capacidad para culparlos a su predecesor se desvanece.

Abundan los desafíos en Irak y Afganistán. El desempleo, que era del 7,6% en enero, subió al 9,5% en junio y se anticipa que seguirá aumentando hasta bien entrado el año próximo. Casi un 4% de los propietarios de viviendas enfrentan ejecución hipotecaria y otro 8% está por lo menos atrasado un mes en los pagos, los mayores niveles desde era de la Gran Depresión.

El presidente está inmerso en el debate acerca de cómo reformar el sistema nacional de salud y la gente está nerviosa por el modo en que pueda resultar afectado su propio seguro. Los críticos de Obama le acusan de conducir un "gran experimento" riesgoso que pueda afectar la economía y obligar a millones a quedar sin su seguro actual.

Todo esto repercute sobre las expectativas. El número de gente que cree realista esperar al menos alguna mejoría visible en la economía durante el primer año de Obama en el cargo bajó del 27% en enero al 16% en la encuesta más reciente.

También se ha producido una baja en la imagen personal del presidente, aunque sigue siendo bien evaluado. Unos dos tercios creen ahora que Obama comprende los problemas de los ciudadanos ordinarios, menos que el 81% registrado en enero. El 69% considera que su presidente es un líder enérgico, en comparación con el 78% después de su asunción.

"El no sabe lo suficiente sobre nada de esto", opinó Michelle Kelsey, un estudiante de 37 años en Breckendride, Misurí, quien dio a Obama tres puntos en una escala de 10 en liderazgo, pero agregó de todos modos que "nadie pudo haberlo hecho mejor".

 

(AP)