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El Papa llama al G8 a no olvidarse de los países pobres

El papa Benedicto XVI invitó a las potencias económicas que integran el Grupo de los Ocho a no abandonar a su suerte a los países pobres ante la crisis económica y financiera que azota al mundo.

4 de julio de 2009

CIUDAD DEL VATICANO  — "Quisiera hacer un llamado a los países del G8 para que la ayuda al desarrollo sea mantenida y potenciada", expresó el pontífice en una carta enviada al primer ministro italiano Silvio Berlusconi —que presidirá la cumbre_, la cual fue dada a conocer el sábado por la Santa Sede.

El G8, integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón, Canadá y Rusia, se reunirá en Italia la próxima semana. También asistirán los mandatarios de economías emergentes del G5, entre ellas México y Brasil.

El Papa dijo que la crisis económica podría poner término "a la esperanza de superar la pobreza extrema en el 2015", como lo plantearon las Naciones Unidas.

Más aún, añadió, existe el peligro que "caigan en la miseria poblaciones que se beneficiaban de un mínimo de bienestar".

Además, dijo, "la actual crisis económica conlleva la amenaza de la anulación o la drástica reducción de los planes de ayuda internacional, especialmente en favor de Africa y de los otros países económicamente menos desarrollados".

El Papa subrayó que el tema del acceso a la educación está íntimamente ligado a la eficacia de la cooperación internacional.

La "educación es condición indispensable para el funcionamiento de la democracia, para la lucha contra la corrupción, para el ejercicio de los derechos políticos, económicos y sociales y para la recuperación efectiva de todos los países, pobres y ricos", puntualizó.

Llamó también a los líderes de los países ricos a crear puestos de trabajo y a establecer un "sistema comercial internacional equitativo".

Además, el líder de la Iglesia católica pidió a los gobernantes "reformar la arquitectura financiera internacional" con el fin de evitar las operaciones especulativas que se cree generaron la crisis, y asegurar que se facilite el crédito público y privado para el desarrollo económico y la creación de empleos, especialmente en las regiones pobres.

El pontífice destacó que la ampliación del G8 constituye un progreso importante y significativo, y planteó la necesidad de "escuchar la voz de Africa y de los países menos desarrollados económicamente".

 

 

(AP)