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El nuevo Congreso modificará en parte la política exterior: E.U

La abultada victoria de los republicanos en las elecciones legislativas podría obstaculizar las esperanzas del presidente Barack Obama de reajustar sus relaciones con Rusia y sentar las bases para una nueva posición enérgica ante China.

3 de noviembre de 2010

Washington.- La reestructuración del Congreso después de la votación del martes también podría dar mayor respaldo a las políticas de Obama en Afganistán, pero podría obligar al presidente a aflojar las demandas de que Israel haga concesiones a los palestinos en torno a las construcciones en los asentamientos en Cisjordania, una cuestión clave en las estancadas conversaciones de paz.

La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que los resultados de la elección no cambiarán la posición estadounidense en el exterior. Afirmó que demócratas y republicanos pueden "construir coaliciones" y "hallar aliados en cuestiones de interés nacional".

Pese a sus afirmaciones, el cambio radical en el panorama político estadounidense seguramente tendrá sus efectos.

Una mayor influencia republicana en el Congreso podría presionar al presidente para que desacelere los planes de iniciar el retiro de Afganistán en julio y para que se muestre todavía más enérgico ante Irán por su supuesto programa de armas nucleares.

Los conflictos con China probablemente suscitarán una reacción más expedita de los republicanos, que ahora tienen mayoría en la Cámara de Representantes y más bancas en el Senado. Su posición más dura sobre derechos humanos y de las minorías en China podría hacerse extensiva a la divisa china, que muchos demócratas también quieren que se valorice frente al dólar para que los artículos estadounidenses puedan competir mejor en los mercados internacionales.

Si China no responde, podría haber más acuerdo bipartidista para aplicarle sanciones.

Más republicanos en ejercicio podrían ayudar a Obama en los acuerdos comerciales.

Muchos demócratas ven con suspicacia un acuerdo con Corea del Sur para reducir aranceles sobre bienes y servicios industriales, que languidece desde que fue firmado en el 2007 por el gobierno republicano de George W. Bush.

Los adversarios en el Congreso pretenden que Seúl haga mayores esfuerzos para lidiar con su superávit en el comercio automotor y que permita mayor acceso a la carne vacuna estadounidense.

Obama respalda el acuerdo como un medio de mejorar las exportaciones con un importante aliado de Estados Unidos. Ha instruido a sus representantes comerciales a zanjar diferencias antes de la cumbre económica del Grupo de los 20 el 11 y 12 de noviembre en Seúl.

 

AP