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El Gobierno luso defiende la austeridad para recuperar una "década perdida"

El primer ministro de Portugal, el conservador Pedro Passos Coelho, defendió hoy su drástica política de austeridad como la única forma de acabar con la mala administración del Estado, que ha hecho perder al país "una década".

21 de octubre de 2011

La economía portuguesa tendrá a finales de 2012 la misma dimensión que al inicio de este milenio, lamentó el primer ministro, que culpó a sus antecesores en el Ejecutivo de "tolerar" muchos errores.

"Tenemos que corregir ese hábito perverso que penetró en nuestra cultura política", afirmó el gobernante, ganador de las elecciones anticipadas de junio, en un discurso ante la asociación gremial de los economistas lusos.

Portugal, agregó, es un caso aislado de crecimiento económico negativo en el último decenio, y necesita las reformas estructurales y la contención del gasto estatal emprendida por el Gobierno para recuperar la confianza de los inversores y cumplir las exigencias de su rescate financiero.

El primer ministro luso salió al paso de las críticas que le han llovido desde todos los sectores, incluidos sus propios aliados políticos, por las severas medidas en los presupuestos de 2012 que ha presentado, que incluyen fuertes recortes de salarios, inversiones y gastos en todo el sector público.

Passos Coelho consideró que el Ejecutivo no puede extender esos sacrificios al sector privado o aplicarle más gravámenes porque las empresas tienen que adoptar sus propias políticas de reducción de gastos para crecer y ser más competitivas y no para cubrir el déficit del Estado.

El presidente luso, Aníbal Cavaco Silva, la figura más influyente del partido del primer ministro, el Social Demócrata (PSD; centroderecha), criticó esta semana los fuertes recortes en los salarios y pensiones del sector público.

Pero Passos Coelho dijo hoy que no quería polemizar con el jefe de Estado e insistió en defender su política de extrema austeridad en el sector público como la única capaz de enmendar la mala gestión del Estado luso y crear condiciones para el crecimiento económico.

"Una porción demasiado grande de los recursos del país es consumida por los gastos del Estado", lamentó.

También recordó la limitación que sufre la acción gubernamental por las "severas restricciones financieras" que padece Portugal, que solo puede colocar deuda a muy corto plazo en el mercado a causa de los altísimos intereses que se le exigen.

El primer ministro subrayó la importancia de aplicar el programa de saneamiento fiscal del programa de ayuda firmado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en mayo y aseguró que esos compromisos "serán cumplidos".

Además de la disciplina de gastos que suponen esos acuerdos, Portugal tiene que hacer un esfuerzo extraordinario en 2012 por que el presupuesto del primer semestre de este año, cuando gobernaba el Partido Socialista, "fue ejecutado de forma deficiente", se quejó el primer ministro.

Los conservadores lusos aseguran que el anterior Ejecutivo agotó a medio ejercicio el margen de déficit fiscal previsto para todo el año y dejó desvíos de 2.000 millones de euros, a los que se suman más de 1.000 millones en deudas ocultas del Gobierno regional de Madeira, del mismo partido que Passos Coelho.

"La pérdida de confianza y de credibilidad es la principal amenaza que actualmente pende sobre nosotros", destacó el primer ministro al criticar las "medidas tradicionales" del Estado que durante muchos años no aportaron incentivo real alguno a la economía.

En su discurso destacó además que, para poner a Portugal en la senda del crecimiento, son muy importantes las reformas legales que va adoptar para reforzar la "estabilidad y previsibilidad institucional, jurídica, fiscal y reguladora".


EFE