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"El bebedor de absenta", de Picasso, vendido por US$51,8 millones

El cuadro se vendió en el marco de una subasta de arte moderno e impresionista que incluyó otras obras de Picasso, así como trabajos destacados de Monet, Renoir, Matisse, Magritte, Van Gogh y Klimt.

23 de junio de 2010

Londres.- "El bebedor de absenta", un famoso Picasso del período azul que es en realidad un retrato del amigo de juventud del artista Ángel Fernández de Soto, fue vendido hoy en una subasta en la casa Christie's de Londres por 34,7 millones de libras (51,8 millones de dólares).

En esta obra, Picasso muestra a su amigo sentado en una mesa con una gran copa de absenta, la bebida favorita de muchos artistas de la Belle Epoque, desde Henri de Toulouse-Lautrec hasta Paul Gauguin o Vincent Van Gogh o poetas como Baudelaire, Rimbaud o Verlaine. El artista conoció a Fernández de Soto en 1899 en el famoso café "Els quatre Gats" de Barcelona, en aquella época centro de reunión de artistas y bohemios, y ambos, unidos entre otras cosas por su dandismo, se volvieron amigos inseparables.

La cantidad por la que fue vendido este cuadro supera a la obtenido el martes en una subasta celebrada en la sede londinense de Sotheby's, donde el "Autorretrato con Paleta" de Edouard Manet fechado entre 1879 y 1879 se vendió hoy por 22,4 millones de libras (33,1 millones de dólares). Se trató del precio más alto pagado nunca en una subasta por una obra del artista francés.

Christie's sacó con éxito a la venta otras dos obras de Picasso: "Le baiser" (1969), la culminación de una serie de trabajos en las que explora el mundo de los besos, que se vendió por 12,1 millones de libras (17,8 millones de dólares), y "La liseuse" (circa 1921), un pastel colorido y muy cuidado, que se vendió por 5,6 millones de libras (8,3 millones de dólares). No se vendió la otra gran obra que se ponía a la venta en esta subasta -"Nymphéas"-, pintada por Claude Monet en 1906 y expuesta en París en 1909 en su famosa serie de nenúfares, que tenía un precio de salida de entre 30 y 40 millones de libras, pero no encontró comprador. Sin embargo, sí hubo una fuerte puja por "Frauenbildnis (Portrait of Ria Munk III), uno de los mayores retratos femeninos pintados por Gustav Klimt, que se vendió por 18,8 millones de libras (27,7 millones de dólares). Pintado entre 1917 y 1918, este trabajo es el tercer y último dibujo de una serie que la familia Munk encargó al pintor austríaco para inmortalizar a su hija Mia, que se suicidó de un disparo en el pecho en 1911 tras romper su relación sentimental con el escritor Hans Heinz Ewers.

"Frauenbildnis" es una de las últimas y más modernas pinturas de cuerpo completo de Klimt y es una lección de las técnicas de trabajo de uno de los artistas más populares del siglo XX.

Giovanna Bertazzoni, directora del Departamento de Arte Impresionista y Moderno de la casa de subastas en Londres, destacó que fue "una ocasión excepcional para poder ofrecer en subasta uno de los últimos retratos que realizó Gustav Klimt". Al igual que en otros de sus trabajos más célebres, Klimt rodea a la retratada en esta pintura de un fondo decorativo rico en color y formas, en el que muestra su pasión por el arte oriental y la iconografía, de la que era un ávido coleccionista. La cara y los detalles que la rodean están completos, mientras que el vestido y el suelo, realizados con carboncillo, ofrecen la impresión de un boceto.

Otra "joya" de la subasta fue "Parc de l'hopital Saint-Paul" (1889), obra que Vincent Van Gogh pintó durante su reclusión voluntaria en un asilo, en lo que supuso uno de los periodos más ricos e importantes de su trayectoria artística. La obra se vendió por 9 millones de libras (13,2 millones de dólares). "Nu à la chaise longue" (1923), de Henri Matisse, que no había sido visto en público desde el año posterior a su ejecución y que estaba en la colección del conocido coleccionista Henri Canonne, fue comprado por 6,6 millones de libras (9,7 millones de dólares).

Por último, "Les barricades mystérieuses" (1961), de René Magritte, un trabajo de grandes dimensiones que refleja uno de los motivos más reconocibles del artista -la dualidad entre la noche y el día- se subastó por 5 millones de libras (7,4 millones de dólares). Pese a la crisis, Bertazzoni explicó en vísperas de esta puja que sigue habiendo un gran interés por parte de los compradores "por hacerse con obras de la máxima calidad".

Bertazzoni explicó que "hay una feroz demanda internacional en el mercado del arte, particularmente por lo más raro y lo mejor", y que los inversores proceden sobre todo de Rusia, China y el Oriente Medio, con menor presencia de los inversores europeos y americanos.

 

 

EFE