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Egipto: primer ministro se disculpa por ataque a manifestantes

El primer ministro de Egipto pidió disculpas el jueves por los ataques de los simpatizantes del régimen a los manifestantes antigubernamentales en el centro de El Cairo, prometiendo iniciar una investigación para determinar quién es el responsable.

3 de febrero de 2011

El Cairo - Los manifestantes prodemocráticos acusaron al régimen de enviar una fuerza de matones pagados y a policías vestidos de paisano para atacarles con piedras, palos y bombas incendiarias con el objeto de aplastar su movimiento para derrocar al presidente Hosni Mubarak.

El primer ministro Ahmed Shafiq dijo a la televisión estatal: "Pido disculpas por todo lo que sucedió ayer porque no es lógico ni racional".

La disculpa pública de un alto funcionario del gobierno es sumamente inusual. Shafiq calificó el ataque como un "error desfachatado" y prometió investigar "para que todos sepan quién es el responsable".

Por la mañana, tanques del ejército egipcio ocuparon posiciones para proteger a las personas que protestan contra el gobierno en la Plaza Tahrir de El Cairo, horas después de que se dispararan ráfagas de armas automáticas la madrugada del jueves contra los manifestantes.

Un tanque se desplazó hacia un puente desde el que se puede ver la plaza y expulsó a jóvenes que habían estado arrojando piedras contra los manifestantes antigubernamentales. Otros cuatro tanques tomaron una posición entre partidarios y detractores del presidente egipcio Hosni Mubarak en el extremo norte de la plaza, cerca del Museo Egipcio.

No queda claro por el momento si se trata de medidas aisladas o parte de una decisión del ejército de comenzar a proteger las manifestaciones.

El ejército no actuó el miércoles cuando simpatizantes del mandatario egipcio irrumpieron en la plaza a caballo y en camellos, fustigando a la gente con látigos mientras que otros les arrojaban bombas incendiarias y piedras desde las azoteas de edificios vecinos.

Los manifestantes acusaron al régimen de Mubarak de atacarles con una fuerza de matones y policías de paisanos a fin de aplastar un multitudinario movimiento que se manifestó por nueve días en el lugar, un día después que el presidente de 82 años se negó a renunciar al poder. Los manifestantes mostraron placas de policía que dijeron les habían arrancado a sus atacantes. Algunos empleados del gobierno dijeron que sus empleadores les ordenaron lanzarse a las calles.

La violencia se intensificó durante la noche, mientras se escuchaban fuertes balazos llovían sobre la plaza a partir de las 4 de la madrugada y continuaron por más de dos horas.

Un organizador de una protesta, Mustafa al-Naggar, dijo que vio los cuerpos de tres manifestantes cuando eran llevados a una ambulancia antes del amanecer. Señaló que el fuego de armas automáticas dirigido hacia la plaza provino de al menos tres puntos a la distancia.

El ministro de salud no respondió una llamada telefónica hecha para solicitar confirmación de las muertes.

Al amanecer, los manifestantes se cubrieron detrás de barricadas hechas con láminas de metal corrugado tomadas de una construcción cercana. Entre los grupos había una hilera de autos incendiados, bloques de concreto y fogaradas.

El enfrentamiento comenzó más de 12 horas antes y convirtió una atmósfera de celebración en una de terror que provocó un constante flujo de heridos a clínicas improvisadas en mezquitas y calles en territorio de los manifestantes antigubernamentales. Se reportaron 600 heridos.

La secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton habló con el vicepresidente egipcio Omar Suleiman para condenar los actos violentos y exhortó al gobierno a atrapar a los responsables para hacerlos rendir cuentas, dijo el portavoz del Departamento de Estado P.J. Crowley.

Mustafa el-Fiqqi, un alto funcionario del Partido Nacional Demócrata, el partido gobernante, dijo a The Associated Press que los empresarios vinculados a su grupo político eran los responsables de lo ocurrido.

AP