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Ecuador: insisten en disolución del Congreso

Los representantes del partido de gobierno, Alianza País, obtuvieron al menos 72 de los 130 curules lo que les permitirán cristalizar sin mayor inconveniente los planteamientos y las transformaciones liderados por el presidente Rafael Correa.

29 de octubre de 2007

Quito.- El asambleísta electo Alberto Acosta, señaló que el lunes que "no es conveniente" que siga funcionando el Congreso tras la instalación de la Asamblea Constituyente, aunque aclaró que los asambleístas tendrán el límite de la responsabilidad a fin de no caotizar "la frágil institucionalidad del país".

La Asamblea podría empezar sus funciones desde mediados de noviembre y cuenta con seis meses para elaborar una nueva constitución, pero está programado que en caso necesario prolongue funciones por tres meses adicionales.

Pero de inmediato surgieron voces en contra de la disolución, como ha ocurrido durante los últimos meses. El diputado Andrés Páez, socialdemócrata del partido Izquierda Democrática, en declaraciones a la AP señaló que la decisión de disolver el Congreso es muestra de que "comienza una peligrosa concentración de funciones, no veo que tenga otra explicación".

"Es realmente deplorable, porque (disolver el Congreso) es herir de muerte al sistema democrático, en mi opinión no existe democracia sin Congreso", señaló. Añadió que "es una actitud de una arbitrariedad total, que revela una soberbia desmesurada de quienes han ganado las elecciones, pero no han sido elegidos ni emperadores ni zares".

Acosta, en declaraciones a la red de televisión Ecuavisa, señaló que "a partir de este punto hemos definido con absoluta claridad que creemos que no es conveniente que siga funcionando el Congreso Nacional mientras esté en funciones la Asamblea Constituyente". "Sería estúpido pensar que el poder constituido le pone límites al poder constituyente", argumentó Acosta, quien es el más votado de los asambleístas y a quien todos consideran como el futuro presidente de la Asamblea.

Aclaró que "los plenos poderes" de los que dispondrá la Asamblea tiene como límite "la responsabilidad (que) tiene que tener algunos criterios básicos: por ejemplo no nos interesa caotizar la frágil institucionalidad del país, no es que absolutamente todos los poderes van a desaparecer".

Acosta elogió la decisión de Correa de poner a disposición de la Asamblea su cargo de presidente en reconocimiento de los plenos poderes. Correa también ha dicho en múltiples ocasiones que es necesario disolver el Congreso.

Consultado acerca del organismo que reemplazará al Congreso después de la disolución, señaló que es partidario de conformar una "comisión legislativa" integrada por asambleístas, cuyas decisiones deben ser aprobadas por el pleno de la asamblea.

"Una comisión legislativa especial que asuma las tareas de legislar y fiscalizar y el resto de compañeros estaríamos dedicados a la elaboración de una nueva Constitución", añadió Acosta. La Asamblea Constituyente fue la propuesta bandera del presidente Correa desde cuando era candidato en el 2006.

 

 

AP