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Diez años después de peor crisis de Uruguay, alertan de riesgo de réplica

La peor crisis económica de la historia de Uruguay, de la que el próximo mes se cumplen diez años, "no se debió a factores externos" y existe la "posibilidad" de que "se repita" si no se corrige la política macroeconómica del país, afirmó hoy el experto Carlos Luppi.

6 de junio de 2012



Luppi, contable, licenciado en Administración por la Universidad de la República y con un postgrado en el Instituto de Economía de Montevideo, presentó esta semana el libro "La historia no oficial de la crisis". En esa obra analiza las causas de aquel derrumbe y señala que "se están repitiendo errores del pasado" que "nos llevaron a aquella crisis", como por ejemplo el "formidable atraso cambiario", que ha convertido al peso uruguayo en "una de las monedas en el mundo más apreciadas en relación al dólar".

La apreciación del peso causa una pérdida de competitividad y agudiza la "brasildependencia", por ser el vecino país el principal importador para Uruguay con el 20,3% de las compras en 2011, argumenta en el libro.

El autor denuncia además una "concentración y extranjerización enorme de la tierra", de la cual el 30% (16 millones de hectáreas) está en manos de inversores foráneos que en la práctica controlan el 70 por ciento de la superficie forestada. Hay asimismo una política de "privilegio a la inversión extranjera" pero con inversiones de "muy dudosos retornos".

Mientras dure la bonanza de los precios internacionales de carne, lana y granos, "estaremos bien" pero el escenario exterior "es cada vez mas adverso" por la crisis en Europa y en Uruguay "se deben encender las luces de alerta", afirmó.

Luppi recordó que la crisis del 2002 "fue extraordinariamente traumática" y "sus efectos sociales aún hoy se siguen sufriendo" con una brecha social que se incrementa a pesar de las políticas sociales de los dos gobiernos de izquierda que gobiernan desde 2005 y que queda plasmada en el incremento de la delincuencia.

Como botón de muestra cita datos de la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (REDIU) según los cuales el 87 por ciento del Impuesto a la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) lo pagan los trabajadores y sólo 13% recae sobre el capital.

Según REDIU la mitad de los ingresos del país se los reparte el 10% de la población, mientras que la mitad de los ciudadano se llevan apenas otro 23%. Para Luppi, "tres fueron las causas fundamentales" de la crisis de 2002 y las tres se fueron "alimentando" en los años anteriores.

La primera fue una sobreevaluación del tipo de cambio, "conocida además como inflación en dólares o retraso cambiario" que "desestimuló" las exportaciones e "impulsó las importaciones, contrajo el turismo y derivó en la salida de divisas".

También fue una "mala decisión" la "apertura indiscriminada y unilateral" de la economía que "devastó" industrias como la textil y del calzado, "generando enorme cantidad de desocupados y baja del consumo".

El tercer "gran error" fue el "privilegio" al sistema financiero en "detrimento" del sistema productivo.

A partir de la devaluación en Brasil, principal socio comercial de Uruguay, en 1999 el atraso cambiario "se profundizó" y en el gobierno del presidente de Jorge Batlle (2000-2005) "se sucedieron los errores" que "agudizaron la crisis del sistema financiero", estimó Luppi.

El Gobierno intervino los bancos Galicia, Comercial, de Crédito, Montevideo, Caja Obrera y "generó mas desconfianza". "Algunos atribuyeron al Grupo Peirano la debacle generalizada, pero ningún grupo económico por mas poderoso que sea puede desestabilizar a todo un país", narró.

Varios de los integrantes de la familia Peirano, propietarios de los bancos Caja Obrera y Montevideo, fueron procesados y encarcelados.

De la crisis salimos con un "aumento grande" de la brecha social junto a una "degradación de valores sociales" que "en parte son responsables" de la marginalidad e inseguridad que vive hoy el país "pese a la bonanza económica", reiteró.

El Producto Interior Bruto (PIB), que desde 2005 registra tasas positivas, pasó de 25.385 millones de dólares a 13.603 entre 1999 a 2002, con una caída global del 11 por ciento.

El desempleo, que hoy se ubica en cifras récord cercanas al 6 por ciento, "llegó al 22%".

La pobreza, que a finales del año pasado se situó en el 13,7 por ciento, "trepó" al 37% y tuvimos un año con "récord de suicidios" de 21,5 por cada 100.000 habitantes, relató.

La inflación pasó del 3,6 al 25,9 por ciento y los depósitos en el sistema bancario cayeron un 48 % hasta los 7.400 millones de dólares. EFE