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Dalai Lama inicia visita a disputado estado de India

Miles de monjes budistas y seguidores dieron la bienvenida el domingo al líder espiritual del Tíbet tras su llegada a una remota región de India que también es reclamada por China, en un viaje que ha renovado las tensiones entre los dos gigantes de Asia.

8 de noviembre de 2009

Tawang, India  - El Dalai Lama arribó en helicóptero a su enclave budista situado entre los hielos del este de los Himalayas, hasta donde llegó cuando huyó del Tíbet en 1959 tras una fallida revuelta en contra del Gobierno chino.

La visita, así como los reportes de incursiones fronterizas en los últimos meses, han elevado las tensiones entre las dos naciones más pobladas del mundo, cuyas relaciones siguen bajo sospechas mutuas luego de un breve conflicto por temas limítrofes en 1962.

El líder espiritual defendió su visita a Tawang en el disputado estado indio de Arunachal Pradesh y dijo que no estaba sorprendido por la reacción de Pekín.

"Es bastante usual que China intensifique su campaña en mi contra donde quiera que vaya", dijo a reporteros el Dalai Lama después de inaugurar un museo en un monasterio de 400 años de antigüedad ubicado en Tawang, que se encuentra en el centro de una disputa fronteriza entre ambos países.

"Mi visita aquí es apolítica", precisó.

Pekín ha criticado el viaje por considerar que socava la integridad territorial china y condenó el "esquema del Dalai Lama para destruir las relaciones de China" con India.

El líder tibetano afirma que su viaje de una semana sólo tiene propósitos espirituales.

China reclama 90.000 kilómetros cuadrados de tierras en el este del sector fronterizo. India disputa la afirmación y dice en cambio que Pekín ocupa 38.000 kilómetros cuadrados de territorio en Aksai Chin, al oeste de los Himalayas.

Cientos de personas hicieron fila en una carretera hacia Tawang, una cuesta situada entre montañas y blancas estepas que es hogar de la comunidad Monpa, quienes practican el budismo tibetano y hablan una lengua similar a la usada en el Tíbet.

Numerosos tibetanos exiliados también acudieron al evento desde todas partes de India, y la localidad parecía estar celebrando un carnaval para saludar al Dalai Lama.

"El es nuestro dios", dijo una joven llamada Choeden.

"Ha venido para bendecirnos a todos. China puede no reconocerlo pero eso no es importante para nosotros. ¿Acaso los chinos pueden sacarlo de nuestros corazones?", expresó.

Monjes vestidos en túnicas granate y azafrán cantaban, portaban gongs y quemaban palos de incienso ante de un Buda dorado de 25 metros de alto en el monasterio del lugar, una estructura similar a una pagoda pintada en colores brillantes de azul, rojo y blanco.

(Reuters)