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Cubanos entre expectantes y apáticos ante plan definitivo reformas económicas

Un día después de su publicación, el documento definitivo de las reformas económicas en Cuba divide hoy las opiniones de los cubanos entre la apatía y las expectativas de cómo se aplicarán los cambios propuestos por el Gobierno de Raúl Castro.

10 de mayo de 2011

La Habana - En La Habana, varias personas consultadas por Efe confesaron que no tenían interés en el documento o no habían tenido oportunidad de leerlo, después de que ayer lunes comenzase la venta de un folleto con la versión final del plan de ajustes económicos que aprobó el VI Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC, único) en abril pasado.

El documento definitivo de los llamados "Lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución" contiene el plan de ajustes para actualizar el modelo socialista de la isla con el objetivo de superar la aguda crisis que arrastra desde hace décadas, y propone varias novedades para la vida de los cubanos.

En particular, resalta una propuesta de "estudiar" una política que facilite a los cubanos residentes en el país viajar al exterior como turistas, y la posibilidad de que puedan comprar y vender automóviles y viviendas a título particular.

Para Roberto Góngora, de 67 años, hay que esperar a ver cómo se desarrolla el "proceso" de implementación de esos "lineamientos", porque ahí se puede "trabar el paraguas" y lo que más le interesa como cubano, dijo a Efe, de la nueva política es lo con el trabajo privado porque es "lo más novedoso".

En opinión de Gustavo, de 42 años, quien tiene una licencia para trabajar en el sector privado como "gestor de viajes", existe "mucha contradicción" entre los discursos de Raúl Castro y la aplicación de sus políticas.

Su opinión es que es "urgente" sindicalizar a los "cuentapropistas", eliminar "obstáculos" y que, como ha advertido Castro en sus últimas intervenciones, el PCC y el Gobierno logren eliminar los "estigmas" que hay sobre ellos.

Ulises, otro trabajador privado de 44 años, opinó que más importante que divulgar las reformas, es que se cumplan las leyes propuestas por Raúl Castro porque hay funcionarios e instituciones que hacen "totalmente lo contrario".

Fuera de los temas relacionados con el sector privado, las novedades sobre los créditos a particulares, la compra y venta de automóviles o viviendas, y la futura política de "cubanos turistas" despiertan el mayor interés.

"Ya nos toca. Que abran agencias de viaje y que lo haga el que pueda", dijo a Efe Yurian, de 33 años, aunque dice no tener dinero para comprar un pasaje aunque ahora mismo levantaran las restricciones.

Según declaróa a Efe, a Alexander, de 27 años, no le importa ningún punto del plan, salvo el de la política de viajes, que podría cambiar su vida porque, dijo, su hija de seis años vive en España y nunca ha podido visitarla ya que el Gobierno cubano le niega el Permiso de Viaje al Exterior (PVE) por no haber cumplido con su "servicio social" tras graduarse en la universidad.

Por su parte, el economista disidente Óscar Espinosa ve en el documento definitivo algunos "progresos" aunque todavía "están muy lejos de lo que necesita el país".

Valora que, por primera vez en cincuenta años, se abra la posibilidad de los viajes al extranjero o que se autorice la compraventa de automóviles y viviendas entre particulares.

Sin embargo, "habrá que esperar" a ver cómo se concretan esas medidas en las leyes y normativas correspondientes sobre todo en el caso de los viajes, un asunto que según Espinosa "no es fácil" porque puede provocar que muchos más cubanos abandonen el país.

En cualquier caso, opina que a pesar de esos tímidos avances aún perviven muchos "dogmas" y "ataduras" para mantener un sistema económico sustentado en la "planificación centralizada".

El plan de reformas del Gobierno cubano pretende actualizar el modelo económico sin renunciar a la planificación socialista y sin permitir la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales en las formas de gestión no estatal.

Los ajustes incluyen medidas como la ampliación del trabajo privado, un masivo recorte de las abultadas plantillas públicas, más autonomía a la gestión de las empresas estatales y la eliminación de subsidios sociales innecesarios, entre otros.

 

 

(Efe)