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Crecimiento económico genera empleo, pero persisten retos

A pesar de los avances, un elevado porcentaje de trabajadores de la región todavía se desempeña en actividades informales, con escasa productividad, bajas remuneraciones y sin protección social.

30 de julio de 2007

 En 2006, la expansión económica de América Latina y el Caribe favoreció la generación de empleo, y en el Estudio económico de América latina y el Caribe 2006-2007 –dado a conocer recientemente- la CEPAL estima que cerca de seis millones de personas se sumaron al número de ocupados urbanos.

De esta manera, continuó la recuperación de la tasa de ocupación iniciada en 2003, fenómeno consignado en 15 de los 19 países para los que se dispone de información. El número de ocupados creció aproximadamente un 2,9%, pero se observaron grandes diferencias entre categorías de ocupación. En particular, la CEPAL destaca la significativa generación de empleo asalariado, que creció un 4,1%, manteniendo el dinamismo de los dos años anteriores, y contribuyó con el 89% de los puestos de trabajo generados en 2006.

La reactivación económica de los últimos años se tradujo en un aumento absoluto y relativo del empleo formal. El incremento del número de asalariados con contratos de trabajo que incluyen una cobertura de seguridad social alcanzó tasas cercanas al 5% o más en países como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Nicaragua y Perú. Si bien parte de este aumento podría deberse a la formalización de empleos preexistentes, estas tasas reflejan una dinámica generación de empleo.

Al contrario de lo ocurrido en el 2005, se aceleró el crecimiento del número de personas que entran al mercado de trabajo en búsqueda de empleo, lo que dio lugar a un aumento de la tasa de participación (de 0,2 puntos porcentuales en el 2006), y amortiguó la repercusión de la generación de empleo en la tasa de desempleo. En efecto, la tasa de desempleo fue 8,6%, lo que supuso un descenso de 0,5 puntos porcentuales, inferior a la disminución de 1,2 puntos registrada en el 2005. Desde el 2003 la tasa de desempleo acumula una baja de 2,4 puntos porcentuales, lo que contribuye a la recuperación de los niveles de la primera mitad de los años noventa. Además, en 2006, por primera vez desde 1997, los salarios reales medios del sector formal subieron más de 2% a nivel regional, en un 2,8% como promedio ponderado.

Durante el primer semestre de 2007 se observa una continuación de las tendencias observadas el año anterior (aumento de las tasas de ocupación y participación, baja de la tasa de desempleo, incremento de los salarios reales), con una aceleración del aumento de la tasa de participación. De esta manera, para el año en su conjunto, la CEPAL proyecta que, como en los últimos años, la tasa de ocupación nuevamente aumentaría cerca de 0,5 puntos porcentuales, mientras que la tasa de desempleo bajaría del 8,6% al 8,3% (ver gráfico).

Si bien el crecimiento económico relativamente elevado incide en una mejoría de la situación de los mercados laborales de la región, la CEPAL advierte que persisten importantes retos para que la dinámica de las economías se traduzca en bienestar para la población en su conjunto. Un elevado porcentaje de los trabajadores de América Latina y el Caribe se desempeña aún en actividades informales, con escasa productividad, bajas remuneraciones y sin protección social. Una profunda transformación de estas actividades, junto a la expansión del empleo formal, podría dar lugar a un círculo virtuoso que permitiría que estos trabajadores se beneficien de un mayor crecimiento económico y, a la vez, contribuyan a él. En este sentido, es importante profundizar los aumentos de la productividad laboral, registrados durante los últimos años, que incrementan la competitividad de los países de la región y facilitan la concreción de mejoras de las condiciones laborales.

Finalmente, se ha observado que en algunos países una importante proporción de los nuevos empleos formales surgen en condiciones de mayor inestabilidad, lo que subraya la necesidad de desarrollar una institucionalidad laboral que combine adecuadamente los incentivos para la generación de empleo con mecanismos de protección laboral en el contexto de mercados volátiles.