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Comunidad Sudamericana nace con energía

Luego de la clausura de la primera Cumbre presidencial de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), un nuevo bloque que busca su norte como potencia mundial y encuentra que la brújula está en su potencial energético.

FIN DE SEMANA
30 de septiembre de 2005

El 30 de septiembre se clausuró la primera Cumbre presidencial de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), un nuevo bloque cuyo embrión es el Mercosur y la Comunidad Andina (CAN). Luego de la clausura de la primera Cumbre presidencial se puede sentir que hay un nuevo bloque que busca su norte como potencia mundial y encuentra que la brújula está en su potencial energético.



No en vano, la principal percepción de esta primera reunión regional es que su elemento integrador, de momento, es el petróleo, y ante todo el de Chávez.



Se trata de un nuevo proceso de integración regional que aglutinará a 12 países con un PIB conjunto de casi US$980 millones (813 millones de euros), una población total de 361 millones de personas y una superficie que representa el 45% de todo el continente americano. Un coloso que, según ha augurado el presidente venezolano, Hugo Chávez, se convertirá en una gran actor en la escena internacional.



Pero, de momento, la Cumbre del CSN celebrada en Brasilia (Brasil) para lo que ha servido, según lo que dicen muchoa analistas, es para constatar el grado de complicidad entre Chávez, el presidente argentino, Néstor Kirchner, y el brasileño, Lula da Silva. El petróleo de Venezuela vuelve a ser la clave, algo fácil de pronosticar dada la reveladora cita que sirvió de calentamiento al evento.



Una cita de calentamiento



Los ministros de Energía de América del Sur celebraron un par de días antes de la reunión presidencial de la CSN un encuentro en Caracas que sirvió para avanzar en los proyectos de integración energética que promueve Chávez en el subcontinente y cuyo objetivo último es la creación de Petroamérica, un proyecto que cuenta con tres apoyos: Petrosur, Petrocaribe y Petroandina, todos ellos ya en funcionamiento gracias al empuje dado por el presidente venezolano en los últimos meses.



Los representantes de los países latinoamericanos citados en Caracas tuvieron, además, otro asunto que tratar: las consecuencias del alza y la volatilidad de los precios del petróleo. En este encuentro intentaron aportar soluciones para mitigar el impacto de esta evolución que, según alertó el FMI en su reunión anual el pasado fin de semana en Washington, supone un riesgo para el crecimiento económico mundial.



La cita la clausuró el ministro de Energía y Petróleo de Venezuela y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, quien aseguró que "existe un acuerdo para rescatar el papel del Estado como un elemento regulador fundamental para garantizar el acceso físico y económico de nuestros pueblos a la energía". Esta premisa es la que se encuentra tras el proyecto de Petroamérica, un plan que recibió un nuevo espaldarazo de la región en este encuentro en el que se firmó la Declaración de Caracas de la CSN.



Integración, cooperación, complementación... El texto propone avanzar en esta iniciativa con el fin de conseguir la integración energética entre los países de la región sobre los principios de la cooperación y complementación.



Además se ha invitado a los países presentes en la reunión (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Suriname y Venezuela) a considerar su incorporación en el proceso de estudio de un acuerdo de complementación energética regional que fue propuesto por Uruguay el pasado mes de agosto durante la reunión de los ministros de energía del Mercosur. La declaración final ha sido presentada por Ramírez a los presidentes y jefes de Estado que se han dado cita en Brasilia.



Kirchner fue a la Cumbre Sudamericana y firmó con Chávez los acuerdos esperados. Con su presencia, el mandatario revitalizó un evento que ha contado con ausencias significativas, entre ellas la del presidente colombiano, Álvaro Uribe, y su homólogo uruguayo, Tabaré Vázquez.



Chávez no le ha decepcionado y Kirchner ha regresado a Argentina, y antes de que comenzara oficialmente la Cumbre, con acuerdos concretos que exhibir ante los futuros electores.



La petrolera estatal venezolana, Pdvsa, iniciará los trámites para comprar la refinería argentina Rhasa, controlada por la empresa pública uruguaya Ancap. La inversión será de unos US$100 millones. Pero, según afirma el diario venezolano Descifrado.com, Rhasa está en pérdidas porque no tiene petróleo que refinar y se necesitarán otros US$90 millones para ponerla en funcionamiento.



Rhasa tiene capacidad para refinar hasta 8.000 barriles de petróleo al día. Y entre sus activos principales se encuentran unas 150 estaciones de servicios. Pero el acuerdo entre Argentina y Venezuela va aún más lejos y prevé la compra al país austral de naves petroleras y la adquisición de maquinaria agrícola por valor de US$100 millones anuales.



Los petrodólares de Chávez también han llegado a Brasil. El presidente venezolano y su homólogo brasileño han firmado un convenio que involucra a las petroleras estatales Pdvsa y Petrobras (Brasil) para la explotación de un yacimiento en la Faja del Orinoco. En este negocio también entraría, según algunas versiones, Enarsa y la española Repsol YPF.



Además, Lula y Chávez han firmado un acuerdo para la construcción de una refinería en Pernambuco que procesará petróleo venezolano.



Estos pactos son los principales éxitos de la Cumbre Sudamericana de Brasilia, un nuevo bloque económico y político que nació oficialmente en la III Cumbre Sudamericana que se celebró en diciembre de 2004 en Cuzco (Perú) y que tiene entre sus principales objetivos conseguir la coordinación política entre los países de la región, la profundización de los procesos de integración comercial y el impulso a la cooperación en las áreas de infraestructura, transportes, energía y comunicaciones.