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Chiquita busca eliminar dependencia del banano

Primero la Unión Europea, su principal mercado de bananos, le impuso un costoso gravamen de importación. Después, un escándalo en torno a la venta de espinacas contaminadas por parte de uno de sus rivales afectó sus propias ventas de verduras empaquetadas.

13 de julio de 2007

Des Moines, Iowa, EE.UU.- La empresa bananera Chiquita Brands International Inc. viene de un año negro y no ve la hora de dejarlo atrás.

Pronósticos de huracanes errados hicieron que gastase bastante dinero almacenando productos y una prolongada helada en Arizona arruinó la cosecha de maíz. Para completarla, tuvo que pagar una multa de 25 millones de dólares que le impuso el gobierno estadounidense a raíz de denuncias de que una de sus subsidiarias había pagado a terroristas para que la protegiesen de posibles atentados en Colombia.

Todo esto sucedió en un lapso de 15 meses, entre enero del 2006 y marzo del 2007.

Si bien casi todas estas adversidades estuvieron fuera de su control, generaron grandes pérdidas el año pasado y alimentaron el deseo de la compañía de dejar de ser una empresa de materias primas y convertirse en lo que su principal ejecutivo describe como una firma "líder en productos alimenticios frescos, saludables, de marca".

Chiquita confía en que una tecnología innovadora, prudencia económica y productos como bananas pequeñas para menores de edad la ayuden a conseguir ese objetivo. Los inversionistas parecen ver con buenos ojos esos planes y los precios de sus acciones han subido en tiempos recientes. Chiquita salió de una bancarrota en el 2002 y sus acciones llegaron a venderse a 31,09 a fines del 2005, antes de que comenzase la nueva crisis. Sus acciones se cotizaban a 18,45 dólares a comienzos de julio, luego de haberse vendido a 12,48 en el peor momento de la crisis.

"Creemos que ya pasó lo peor", señaló un análisis de Wachovia Capital Markets que tuvo en cuenta las pérdidas del primer trimestre del año en curso, que fueron de 3,4 millones de dólares, u ocho centavos por acción. Esas pérdidas respondieron en buena medida a una tarifa de 12 centavos por acción relacionada con una reducción tributaria derivada de unas inversiones agrícolas fallidas en Chile.

Tras hacer notar que la operación registró utilidades por primera vez en casi un año, la agencia de corredores de bolsa dijo que "predomina la sensación de que las ganancias se estabilizaron en un nivel que permite avizorar un 2007 mucho mejor".

Otros en Wall Street no están tan seguros. El balance general de la firma es observado de cerca, dado que la reducción de la deuda es un elemento clave. Chiquita completó la venta con compromiso de arriendo de su famosa flota de barcos de carga con cascos blancos que repelen el sol y ayudan a preservar las frutas. Los 227 millones de dólares generados por la operación fueron usados para reducir la dependencia de préstamos. La analista de Goldman Sachs Karen Eltrich dijo que le preocupa la dependencia de Chiquita del mercado europeo de bananas y los gravámenes que están cobrándole.

El ejecutivo de Chiquita Michael Mitchell aseguró que la empresa tiene una plataforma de crecimiento a largo plazo sólida y que "está empeñada en lograr su objetivo de bajar al 40% su relación de deuda y capital". Esa relación era del 55% el 31 de marzo.

El futuro de Chiquita depende en parte de que logre diversificarse y no dependa tanto de las frutas. Las verduras empaquetadas asoman como una buena oportunidad. La compañía incursionó en ese campo hace dos años al comprar en 855 millones de dólares la empresa Fresh Express, líder de esa actividad en Estados Unidos. Otro desafío que tiene la empresa es lograr resultados consistentes. Su director ejecutivo Fernando Aguirre dijo hace poco que "la volatilidad es el principal enemigo de le compañía".

El año pasado Chiquita generó ventas por 4.500 millones de dólares y sufrió pérdidas del orden de los 95,9 millones de dólares, o 2,28 dólares por acción. El año previo, tuvo ganancias de 131,1 millones de dólares, o 2,92 dólares por acción, sobre un volumen total de ventas de 3.900 millones. El consenso entre los analistas es que este año habrá 23,7 millones de dólares en ganancias, o 56 centavos por acción, y en el 2008, 48,3 millones, o 1,15 dólares por acción.

Chiquita no es la única que navegó por aguas turbulentas. Fresh Del Monte Produce Inc. tuvo también un desempeño irregular y el año pasado perdió 145,1 millones de dólares. Chiquita cifra grandes esperanzas en un nuevo método de empacado que permite que las bananas maduren más lentamente y, por lo tanto, duren más. Además vende manzanas rebanadas y rociadas con jugo de limón para evitar que tomen un tono marrón. Se las vende a McDonald's Corp. y a Subway.

Productos como esos le permiten a la empresa "cambiar las preferencias de los consumidores y promover el consumo de alimentos convenientes y saludables", según Dean Haskell, el analista de Morgan Joseph que recomienda la compra de acciones de Chiquita.

Las bananas, que representan el 43% de las ventas de la empresa, siguen siendo un elemento clave para su futuro. Varios países de Centro y Sudamérica han apelado las tarifas impuestas por la Unión Europea a las importaciones de banana.

 

AP